El presidente de los farmacéuticos asegura que se debería dedicar más tiempo a poner al día las normas existentes y a en inventar otras. La relación con las residencias debe resolverse con urgencia y consenso.

FUENTE: El Mundo

DESDE 2016 el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos está trabajando en una innovadora reorganización de la Farmacia Comunitaria a nivel departamental, que persigue alinear la atención farmacéutica en el primer nivel asistencial con las estructuras organizativas del Sistema de Salud Valenciano con el objetivo de coordinar la actividad asistencial desde la farmacia comunitaria con el resto de profesionales sanitarios del departamento (farmacéuticos hospitalarios y de primaria, centros de salud, socio-sanitarios etc..) para conseguir la continuidad en los cuidados que reciben los pacientes, poniéndolos como centro del sistema. Las posibilidades son muchas y en muchos campos, desde la salud pública hasta la conciliación al alta hospitalaria. Si el tiempo que empleamos en sacar nuevas normativas lo invirtiésemos en actualizar e implementar las ya existentes, economizaríamos recursos y gestionaríamos correctamente nuestro tiempo y el de los ciudadanos.

En la Comunitat contamos desde 2010 con un modelo de atención farmacéutica a residencias que nunca se ha puesto en funcionamiento, que no digo que sea el mejor, pero es la base de la que se debe partir en un mundo en constante

cambio, la Sanidad también está cambiando y debemos ser capaces de adaptarnos. Por ello es necesaria la actualización y revisión del actual modelo de atención farmacéutica a residencias teniendo en cuenta aspectos como la estratificación de los pacientes, su entorno social y residencial, la determinación de los procedimientos farmacéuticos, la integración de la farmacia comunitaria, el empoderamiento y el respeto de la libre elección del paciente.

Nuestra institución, como Colegio Profesional, tiene entre sus fines la ordenación de la profesión farmacéutica en cualquiera de sus modalidades, vigilar el ejercicio de la profesión, haciendo cumplir la ética profesional y las normas deontológicas y defender los intereses profesionales de los colegiados. Por tanto el MICOF defiende la profesión farmacéutica y a los farmacéuticos de todos los sectores profesionales, independientemente de donde desarrollen su actividad. Trabajo en equipo, diálogo y consenso son las premisas que defendemos desde el MICOF, una institución que lleva más de 575 años velando por la salud de todos los valencianos.

Pero este diálogo y trabajo en equipo no es posible si la Generalitat, junto la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública y la de Conselleria de Igualtat i Polítiques Inclusives, diseñan un programa titulado Resi-EQIFar, que para nosotros son nada más que 3 folios de ideas inconexas y sin justificación lógica y pretenden que sea una nuevo modelo de prestación farmacéutica para las personas que se encuentran en residencias de mayores y paradójicamente dejan fuera de la negociación a los representantes de este colectivo, a las residencias y a los Colegios. Por tanto la negociación debe partir de cero, para evitar errores que ya se vislumbran.

Creemos firmemente que el farmacéutico comunitario, también es un agente fundamental en el sistema sanitario y debe formar parte de los equipos multidisciplinares de los centros sociosanitarios, ejerciendo funciones de promoción, prevención de la salud, educación sanitaria y atención farmacéutica, para lo cual está habilitado por ley. Asimismo, el papel de la farmacia hospitalaria es indudable, sobre todo en estos pacientes con alto grado de complejidad por lo que la colaboración con la farmacia comunitaria se ha de estrechar en aras de una mejor calidad asistencial en estos pacientes tan sensibles a los que no se les puede obviar un tratamiento cercano prestado por la farmacia comunitaria, y donde a su vez participen los farmacéuticos de las instituciones socio-sanitarias y los farmacéuticos de área. El paciente necesita de la cercanía y profesionalidad de la farmacia comunitaria y no contar con su trabajo es inaceptable, máxime cuando hasta el momento del ingreso ha sido el profesional de referencia, junto con su médico de familia.

Otro de los errores cometidos por la conselleria de Sanidad es no contar con el sector de las residencias, puesto que nadie mejor sabe de sus necesidades. La Conselleria ha pretendido la colaboración «forzada» de los agentes implicados puesto que «paradójicamente» no se ha contado ni con las residencias ni con los farmacéuticos, que son al fin y al cabo los sectores implicados, por tanto ven este modelo, ya desde su planteamiento, como una idea irrealizable.

La tercera incógnita de la ecuación son los pacientes. ¿Alguien de la Administración se ha preocupado por preguntarles? Nosotros sí. Y la Federación Provincial de Asociaciones Democráticas de Pensionistas y Jubilados, que creo que algo tendrá que decir, nos ha trasladado su preocupación por esta acción de Gobierno.

Creo que hay argumentos suficientes que justifican que la Administración debe cambiar sus planteamientos para evitar decisiones que ignoren a los profesionales y tener en cuenta a todos los sectores profesionales sanitarios implicados, contando también con los pacientes. De lo contrario, cualquier modelo que se plantee estará abocado al fracaso.

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