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Una vida más fácil. Una niña de Redován puede, desde ayer, coger su estuche con la mano izquierda y jugar no sólo utilizando el brazo derecho gracias a la prótesis que han diseñado dos docentes de un colegio y de un instituto de Orihuela y que han impreso en 3 dimensiones. El brazo articulado hará más feliz el día a día de la pequeña.
Dos profesores de Orihuela han cumplido el sueño de una niña de 9 años de Redován, que nació sólo con parte del brazo izquierdo por una malformación y que ayer pudo coger objetos con la mano izquierda por primera vez en su vida, gracias al brazo articulado que han diseñado los docentes y que han podido hacer realidad gracias a la impresión 3D. Ayer, en el transcurso de la I Feria de Formación Profesional que acogió el Auditorio de La Lonja, los dos profesores le entregaron el fruto de su trabajo. Con expectación y nerviosismo la pequeña abrió el paquete envuelto en papel con imágenes de uno de sus personajes favoritos, «Hello Kitty». Su cara de satisfacción dejó a todos emocionados cuando probó su nuevo brazo y consiguió coger unas piezas expuestas en la feria.
Los responsables de que ayer apenas pudiera articular palabra son Fulgencio Bermejo, del IES El Palmeral, y Ramón Cayuelas, del Colegio Diocesano San José Obrero, quienes han participado en el proyecto internacional «Enabling the Future» que busca facilitar prótesis de bajo coste. También han colaborado alumnos y profesores del ciclo de Electrónica del IES El Palmeral, además de una ortopedia, de Lizar Azkune, quien hizo el primer rediseño de la prótesis en el País Vasco y de Joaquín Orts, quien llevó a cabo el segundo rediseño en la Vega Baja bajo la supervisión de los dos profesores
Un proyecto que surgió hace unos meses fruto de una casualidad. La madre contactó con el profesor Carlos Lizarbe del IEFPS Don Bosco de Errentería (Guipúzcoa) al ver en televisión que había diseñado una prótesis a Unai, un niño gallego que fue el primero del país en tener una prótesis articulada gracias a la impresión en 3 dimensiones. Lizarbe le remitió al profesor oriolano Fulgencio Bermejo, quien había colaborado con él en el Proyecto Gutenberg 3D en 2015, donde, precisamente, participaron presentando un trabajo sobre impresión de prótesis de miembros. Bermejo se puso en marcha junto a Ramón Cayuelas, profesor del Colegio San José Obrero, quien supo del mismo gracias a la hermana de la menor, que estudia un módulo en el centro.
Ambos se pusieron manos a la obra y tras escanear el brazo de la pequeña y descargarse de internet un modelo, lo adaptaron a su cuerpo y le dieron la movilidad para que pudiera agarrar objetos con la mano. Un pequeño cable comunica las dos partes de la extremidad para que al doblar el brazo, la mano se cierre.
El material empleado en la prótesis es un plástico derivado del almidón que le da rigidez y firmeza, mientras que las uniones, lo que serían los tendones, son de filaflex. En las yemas y la palma se ha puesto piel artificial para que la pequeña pueda agarrar los objetos sin que se le escurran de las manos, ya que el plástico resbala.
Toda una obra de ingeniería que logró sacar una gran sonrisa a la pequeña que estaba «deseando ir a clase esta tarde para enseñarle mi nuevo brazo a mis compañeros». «Ahora podré coger el pegamento y el estuche con la mano izquierda». La pequeña, que en 10 días celebra su Comunión, ha recibido un gran regalo por adelantado. «Me siento muy bien». La niña ha participado en el diseño de su prótesis eligiendo los colores, rojo para el brazo, y rosa para el antebrazo y la mano.
Lo que ni los profesores que han hecho realidad el brazo articulado sabían, y que conocieron ayer por la pequeña, es que, paradójicamente, es zurda. «Yo juego al fútbol y chuto con la pierna izquierda al balón y también el patinete», reveló, mientras su hermana Araceli lo corroboraba. «Coge el boli con la derecha y lo hace al revés como si estuviera cogiéndolo con la mano izquierda, incluso aprendió a escribir con el brazo izquierdo, y ahora podrá hacer muchas más cosas».