Agosto promete ser un mes de asfixia,no tanto por las temperaturas diurnas, sino por las nocturnas, que no bajarán de los 20 grados. Con el mercurio tan alto, conciliar el sueño puede convertirse en una pesadilla. «Estos días nos cuesta dormirnos más y son más frecuentes los despertares durante la noche, tanto los largos en los que la persona es consciente, como los microdespertares que no percibimos», señala Paula Giménez, neurofisióloga y médico especialista en Medicina del Sueño de la Clínica Vistahermosa-Grupo HLA Alicante.
A las dificultades propias del calor se suman estos meses la mayor cantidad de horas de luz, -anochece hasta tres horas más tarde que en invierno-, lo que afecta al ciclo vigilia/sueño.
Las consecuencias de esta mala calidad del sueño se traducen en falta de concentración, mayor irritabilidad y cansancio, que se acentúan especialmente en niños y ancianos. En el caso de los más pequeños, esta falta de sueño puede interferir además, a la larga, en su crecimiento, «porque la hormona que lo regula se fabrica durante el sueño», explica Giménez.
Para poder conciliar el sueño pese a estas altas temperaturas, Giménez aconseja que mejor se eche mano de un ventilador antes que de un aparato de aire acondicionado.
«No es bueno bajar mucho la temperatura, porque puede derivar en problemas respiratorios. Lo óptimo es que la habitación esté entre 24 y 25 grados». Además, conviene que el aparato no se encuentre en la misma habitación en la que dormimos.
Estos días también es inevitable trasnochar, por lo que Paula Giménez aconseja que si se llega a casa activado y sin sueño, es preferible no acostarse inmediatamente, «sino hacer alguna actividad que provoque una relajación natural, como leer, y ya luego irse a la cama». También hay que intentar exponerse lo mínimo posible a la luz. «No olvidemos, en este sentido, que los ordenadores, el móvil o las tabletas son una fuente de luz potente, por lo que es conveniente evitarlos en las horas previas al sueño».
Con todo, los problemas de insomnio derivados del calor no se están traduciendo en un aumento de las consultas durante este mes de agosto. «La gente está resignada a pasar calor por la noche y se aguantan. Todo lo más acuden a su médico de cabecera o se automedican».
La madrugada del pasado miércoles los termómetros batieron récords en la provincia, con temperaturas que en algunos puntos de la ciudad de Alicante no bajaron de los 30 grados. Fue la noche más cálida desde 1938, cuando comenzaron a tomarse registros.