FUENTE: La Razón
El año pasado, dos equipos de investigadores –uno de ellos liderado por los hermanos Jose y Eulàlia Baselga y el otro por Mariona Graupera– descubrieron, de forma paralela, mutaciones oncogénicas en enfermedades producidas por malformaciones venosas.
A partir de este hallazgo y gracias al apoyo de la Obra Social la Caixa, se puso en marcha a principios de año un proyecto coordinado por tres investigadores: Eulàlia Baselga, jefa clínica de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau; Jaume Mora, director científico del Servicio Oncológico y Hematológico del Hospital Sant Joan de Déu; y Mariona Graupera, investigadora principal del Grupo de Señalización Vascular del IDIBELL y coordinadora del proyecto. El objetivo era «demostrar que la terapia dirigida funciona en pacientes que sufren este tipo de mutaciones vasculares y generar modelos de animales que mimeticen la enfermedad que padecen los humanos que ayuden en la investigación».
Las malformaciones venosas son congénitas y se producen en niños», explica Graupera. Para esta patología, que causa un sobrecrecimiento de los vasos sanguíneos, «a día de hoy no existe tratamiento y la única opción que hay es operar para eliminar momentáneamente esta malformación o tratarla con láser, pero estas malformaciones suelen volver a aparecer», explica Grupera. «El sobrecrecimento descontrolado que se produce en esta enfermedad es como el que tiene lugar en el cáncer, con la diferencia de que en el primer caso la lesión se produce en las células que forman los vasos sanguíneos, mientras que en el segundocaso, tiene lugar en las células tumorales».
La coordinadora del proyecto destaca que «en el 25% de los casos, el paciente tiene una mutación en un gen que es típica del cáncer, una llamada mutación oncogénica», pero que «mediante el proyecto subvencionado por la Obra Social la Caixa se podrán hacer ensayos para comprobar que se pueden inhibir estas mutaciones oncogénicas en lesiones vasculares mediante terapia dirigida». «Este proyecto es el resultado de un esfuerzo de grupo, ya que los médicos son quienes visitan al paciente y conocen la enfermedad y luego está la labor de laboratorio, donde intentamos entender por qué y cómo se desarrollan están lesiones», expone la investigadora del Idibell.
Y es que el estudio parte de la «donación de biopsias por parte de los pacientes, las cuales son secuenciadas para realizar su biología y entender qué pasa a las células con las mutaciones. Después se genera en el laboratorio unos modelos de animales que mimetizan la enfermedad», expone.