FUENTE: La Razón
La depresión severa presenta un aspecto diferente en los cerebros de hombres y mujeres y este dimorfismo podría tener bases genéticas, según un estudio publicado en Nature Genetics.
Estas diferencias son tan acusadas que la investigación sobre nuevos antidepresivos tendrá que orientarse a los mecanismos propios de cada sexo, según explica el autor principal de esta investigación, Benoit Labonté, de la Facultad de Medicina del Centro de Investigaciones CERVO, en una revista de la Universidad de Laval.
Ya se sabía que la depresión severa se manifiesta de forma diferente en hombres y mujeres. En las mujeres se triplican los casos de depresión con relación a los hombres y sus síntomas se manifiestan de forma más dramática. Por otro lado, la eficacia de un mismo antidepresivo varía también según el género de los enfermos, informa Tendencias 21.
Para descubrir los mecanismos celulares subyacentes a estas diferencias, los investigadores utilizaron el banco de cerebros del Instituto Universitario de Salud Mental Douglas, de Montreal.
Los investigadores midieron la expresión de los genes en los cerebros de 13 hombres y 13 mujeres que sufrían depresión severa en el momento de morir. A continuación realizaron los mismos análisis a los cerebros de 22 personas que no padecían depresión alguna cuando murieron. Tuvieron la precaución de restringir sus análisis al ARN del cerebro, cuya integridad se conserva bien horas después de la muerte.
Finalmente, compararon ambos resultados y confirmaron que la depresión provoca cambios importantes en la transcripción de los genes del cerebro, tanto en los hombres como en las mujeres.
Asimismo, observaron que sólo del 5% al 10% de los genes estudiados estaban afectados de la misma manera en hombres y mujeres. La misma enfermedad altera mecanismos diferentes en el cerebro, según el paciente sea hombre o mujer. Llegaron a la misma conclusión analizando la expresión de los genes en el cerebro de ratones utilizados como modelos de la depresión severa.
A la vista de estos resultados, Benoit Labonté concluye que son muchos los caminos que llevan a la depresión.
Los senderos metabólicos afectados parecen diferentes según el sexo, pero estas perturbaciones conducen a síntomas comunes, añade.
La búsqueda de nuevos tratamientos deberá tener esto en cuenta, según los investigadores.
Será necesario acometer el desarrollo de antidepresivos que se focalicen en los mecanismos metabólicos propios de cada sexo, ya que de esta forma serán más eficaces y causarán menos efectos secundarios que los depresivos dirigidos a todas las expresiones de esta enfermedad.