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El final de las vacaciones supone para muchos la vuelta a la rutina y, con ello, una buena oportunidad para mejorar ciertos hábitos. En el caso de las personas con diabetes, los cambios de ritmo que se pueden producir durante las vacaciones deben vigilarse con especial atención, puesto que pueden tener consecuencias negativas sobre la salud y el control de la patología. Un incremento de peso, por ejemplo, derivado de malos hábitos alimenticios, puede afectar al ritmo metabólico y dificultar el control de la glucemia.
La recomendación de los profesionales médicos es tratar de mantener la rutina de control de la diabetes, en relación a la alimentación, el ejercicio físico y el tratamiento farmacológico, incluso durante las vacaciones. No obstante, se trata de una tarea en ocasiones compleja, ya que, por ejemplo, para las personas con diabetes no siempre es sencillo encontrar un menú que se ajuste a sus necesidades a la hora de comer fuera de casa.
Por esa razón, la Federación Española de Diabetes (FEDE) recomienda volver a la «rutina saludable» lo antes posible tras las vacaciones para no descuidar el control de la diabetes.
Para ello, lo más importante es establecer objetivos realistas y tener siempre muy presentes dos pilares básicos: el ejercicio físico regular y la alimentación sana y equilibrada, que acompañarán, en algunos casos, al tratamiento farmacológico acordado con los profesionales médicos.
El deporte como hábito
En primer lugar, en cuanto a los hábitos deportivos, FEDE recomienda evitar el sedentarismo y hacer del ejercicio físico una actividad siempre presente en la planificación semanal de las personas con diabetes. Para lograr hacer del deporte un hábito, es recomendable escoger una actividad física que resulte entretenida y probar a realizar ejercicio acompañado. Además, existen numerosas disciplinas deportivas, por lo que cada persona puede optar por la que más se ajuste a su forma física previa y preferencias.
Una actividad física sencilla puede ser caminar 30 minutos, por lo menos, 4 días a la semana. Y si se quiere optar por una actividad más intensa, los expertos recomiendan las rutinas basadas en entrenamiento interválico de alta intensidad o «HIIT» según sus siglas en inglés, un ejercicio que se ha demostrado beneficioso para mejorar la salud cardiovascular y la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2 y prediabetes.
La importancia de la dieta
En segundo lugar, es esencial retomar la rutina tras el verano siguiendo una dieta variada y equilibrada, en la que se limite la ingesta de alimentos con un alto contenido en azúcares y grasas saturadas y se dé un mayor protagonismo a las verduras y frutas frescas. Además, es conveniente utilizar aceite de oliva para cocinar, evitar el uso excesivo de sal y prestar atención al etiquetado de los alimentos.
FEDE invita a tener presente la teoría del plato, que consiste en establecer unas proporciones estándar en nuestro menú habitual, el cual debe contener: un 50% de verduras, un 25% de alimentos proteicos (carne, pescado o huevos) y un 25% de alimentos farináceos (pan, pasta, arroz, etc.), a lo que podemos añadir una pieza de fruta de postre y agua como bebida principal.
Por último, es muy importante recordar que, para lograr seguir unos hábitos de vida saludables, hay que contar siempre con una buena red de apoyo familiar y médico. Los profesionales médicos han de ser los aliados y principales referentes ante cualquier consulta en relación a posibles cambios que puedan afectar al control de la diabetes, como variaciones bruscas en los horarios de comidas o de trabajo o la aparición de situaciones de estrés que puedan conllevar desequilibrios en los niveles de glucosa