FUENTE: ABC
Tenía 35 años cuando el impacto en la cabeza en un accidente de tráfico le sumió en un sueño profundo que se ha prolongado durante 15 años. Hoy sigue sin hablar ni caminar, pero ya no es ajeno a lo que sucede a su alrededor. El protagonista de esta historia con un final, casi feliz, es un paciente varón del Hospital Neurológico Pierre Wertheimer de Lyon de Francia que ha pasado de estar en coma a recuperar cierto nivel de consciencia. Su «despertar» no ha sido espontáneo, como ha ocurrido en otros casos tan anecdóticos como espectaculares en los que tras años en estado vegetativo, algunos personas abren los ojos y comienzan a hablar, como si nada hubiera ocurrido.
En esta ocasión, el paso del coma a un estado de mínima consciencia no ha sido casual. Ha sido el resultado de una intervención médica pionera que podría dar esperanzas a miles de enfermos. El paciente del centro de Lyon fue sometido a una estrategia de estimulación del nervio vago, un tratamiento médico conocido que ya se utiliza en algunos casos de epilepsia y depresión cuando no responden a los tratamientos convencionales. Pero era la primera vez que se utilizaba en personas sumidas en un coma profundo y los buenos resultados de este experimento se han publicado en la revista científica «Current Biology».
El joven ahora responde a órdenes simples que antes eran imposibles para él: «Sigue un objeto con su mirada, desde la cama vuelve la cabeza buscando el sonido cuando alguien se dirige a él... Y reacciona abriendo los ojos cuando alguien se acerca mucho a él. Incluso su madre asegura que permanece atento a la lectura de libros cuando su terapeuta se los lee», explica Angela Sirigu, investigadora del Instituto de Ciencias Cognitivas Marc Jeannerod. Este centro ha participado en la investigación junto a la Universidad de Lyon y el hospital neurológico de la misma ciudad.
El equipo del hospital Pierre Wertheimer está convencido de que la recuperación no es una cuestión de suerte y lo demuestran con pruebas. Los tests que miden el estado del cerebro para distinguir a las personas con estado vegetativo de los que conservan una mínima consciencia, revelan que el ritmo cerebral se incrementó después del tratamiento. Se activaron zonas que incrementan la comunicación, las sensaciones corporales o las señales de consciencia. El PET, una sofisticada prueba de imagen, también mostró un aumento de la actividad metabólica (consumo de glucosa) en las regiones corticales y subcorticales del cerebro.
Es un solo caso, pero el experimento abre la puerta a tratar a otras personas en coma o en estado vegetativo con una terapia costosa aunque poco agresiva para los enfermos. «Hemos demostrado que es posible mejorar la presencia de una persona en el mundo», dice Sirigu.
El tratamiento consiste en estimular con una especie de marcapasos el nervio vago, un nervio muy especial que conecta el cerebro a muchas partes del organismo, desde el corazón al intestino. En esta ocasión, el objetivo era estimular la formación reticular, una estructura del cerebro que, entre otras funciones, regula la percepción del dolor y los estados de vigilia y sueño. La hipótesis de partida era que si se intensificaba la actividad delnervio vago, se mejoraría el nivel de alerta y la capacidad para estar despierto. Y ha funcionado. Un mes después de que se colocara esta especie de marcapasos en el tórax del joven en coma, se empezaron a observar los primeros signos de consciencia.
Los científicos franceses reconocen que se necesitan más casos para valorar la eficia real del tratamiento. Por eso están planificando un ensayo clínico con más pacientes para poder confirmar y extender el potencial de esta estrategia en otros enfermos en coma
«Prudencia» es lo que reclaman dos neurocirujanos españoles al valorar estos resultados. No han participado en la investigación, pero tienen experiencia en la estimulación del nervio vago en el tratamiento de la epilepsia. «Conozco la técnica, el Hospital de La Princesa es el centro que más estimuladores del nervio vago ha realizado en España. Hemos publicado los resultados y sabemos que funciona en enfermos epilépticos graves. No la cura, pero la estimulación nerviosa logra despertarles y los enfermos tratados parecen estar menos dormidos. Pero aún no hay base para afirmar que puede ser la solución para todos los enfermos en coma», asegura a ABC Rafael García de Sola, catedrático y jefe del servicio de Neurogía de la clínica del Rosario de Madrid.
Jorge Guridi, neurocirujano de la Clínica de la Universidad de Navarrainsiste en que no se puede valorar la eficacia de una técnico con un único caso. «El resultado es llamativo y esperanzador, aunque no ha pasado de mínima consciencia. Si le hablas, no responde; si le pides que mueve la mano, no la mueve... Dicen que parece que atiende a los cuidadores cuando están con él. También que parece interesarse por la lectura, aunque nadie puede afirmar que se esté enterando de lo que le están leyendo», cuenta.