FUENTE: Levante
Los tatuajes son una tradición que ha existido desde las tribus maoríes hasta las más recónditas de África, la cual actualmente se ha convertido una moda en la que una gran mayoría no está informada de sus efectos negativos no solo sobre la piel, sino también en la salud.
Sin embargo, hasta el momento no existen evidencias de que la presencia de estos pigmentos en los ganglios linfáticos ocasione algún tipo de patología, a pesar de las altas concentraciones de hidrocarburos policíclicos aromático (PHA), según apuntan desde la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Aunque desde la propia Academia admiten su relación con el mayor riesgo de cáncer, pues más del 60 por ciento de los colorantes de la tinta de los tatuajes son azopigmentos, algunos de los cuales pueden liberar aminas aromáticas cancerígenas.
Asimismo, pueden generar efectos negativos sobre la piel como son los como granulomas (reacción cuerpo extraño a la tinta con aparición de bultos debajo de la piel) o las cicatrices queloides, que pueden aparecer incluso años después.
También la Comisión Europea ha advertido del peligro que suponen algunos de los colorantes empleados en esta práctica y resalta que más del 80 por ciento de los colorantes utilizados en la tinta de tatuaje son orgánicos y más del 60 de ellos son azopigmentos.
Por todo ello, la directora del Centro Médico Rusiñol, Mª Ángeles López Marín, ha querido advetir que los principales perjuicios de los tatuajes para la salud son los posibles contagios e infecciones, y el daño va "mucho más alla":
La doctora señala que con el lácer los tatuajes desaparecen de forma total, gracias a que son eliminados utilizando la longitud de onda adecuada para cada color de la tinta. La velocidad en la eliminación de un tatuaje dependerá de la cantidad de tinta y los tonos utilizados.
Se trata de un tratamiento que es poco doloroso, cuya sensación sería el equivalente al de una goma elástica que tras estirarla impactara sobre la piel, pero esto depende de la cantidad de tinta que tenga el tatuaje, concluye la doctora.