FUENTE: Las Provincias
Dos de cada diez personas son obesas o tienen problemas de sobrepeso en España, según un estudio realizado el año pasado por un grupo de investigadores británicos en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una tendencia que va en aumento y que afecta ya a un 25% de la población en España, que ostenta un alarmante segundo puesto en Europa como país con más casos de obsesidad y sobrepeso, solo superado por Reino Unido. El problema no es, ni de lejos, una cuestión estética, si no que se traduce en un incremento de ataques del corazón, enfermedades del hígado, diabetes o cánceres relacionados con un estilo de vida sedentario. Repercupe en un aumento del gasto sanitario y se asocia incluso con más muertes que el bajo peso.
La importancia de atajar este problema queda patente con dos iniciativas que han saltado a las portadas apenas iniciado el año. La primera ha sido la decisión de la Legión de declarar la guerra al sobrepeso entre los miembros de esta unidad de élite de la infantería española. La segunda, el anuncio del Gobierno andaluz de que regulará mediante un proyecto de ley, el máximo rango normativo, la promoción de una vida saludable y una alimentación equilibrada; con medidas que incluyen la exigencia a los restaurantes de disponer de menús saludables y el acceso gratuito al agua potable en todos los lugares públicos.
Según un estudio presentado por la Sociedad Española de Cardiología, con datos estraidos del estudio ENPE (Encuesta Nutricional de la Población Española), la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en España es alta, aunque con distribución desigual por comunidades autónomas.
Según este estudio, que considera las tasas de prevalencia en población adulta -25-64 años- las tasas de obesidad más altas se registran en el Principado de Asturias y en Galicia, seguido de Andalucía; mientras que las tasas más bajas se observan en Islas Baleares, Cataluña y País Vasco.
Las conclusiones del estudio señalan que se ha constatado un aumento importante de la sobrecarga ponderal (un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 25), lo que indica la necesidad de una mejor "vigilancia sistemática", especialmente en los grupos de población con mayor riesgo, así como la implementación de "estrategias preventivas" de carácter general dirigidas a toda la población y específicas para los individuos afectados.