FUENTE: El Mundo
La neumonía es una de las complicaciones más temidas de la gripe. Sin embargo, los pulmones no son los únicos que sufren las consecuencias de una infección respiratoria especialmente agresiva. También el corazón puede resultar damnificado, según acaba de ratificar un estudio.
Sus datos demuestran que las posibilidades de sufrir un infarto se multiplican por seis en los siete días siguientes a la confirmación de infección, lo que demuestra que hay un lazo entre ambos trastornos, fundamentalmente en personas que presentan un riesgo elevado de padecer problemas coronarios. "La hipótesis de que la gripe podía desencadenar eventos cardiovasculares agudos e incluso la muerte se remonta a la década de los 30 del siglo pasado", señalan los autores de la investigación en las páginas de la revista 'The New England Journal of Medicine'. Sin embargo, hasta ahora no se había podido constatar de forma clara esta asociación.
Los autores del trabajo, dirigidos por Jeffrey C. Kwong, de la Universidad de Toronto (Canadá), realizaron un seguimiento a los 19.729 residentes de la región canadiense de Ontario que habían dado positivo por gripe entre 2009 y 2014. Entre otros datos, comprobaron que 332 de ellos habían sido hospitalizados (en 364 ocasiones) por un infarto agudo de miocardio. Y, al analizar los episodios, observaron que en la semana siguiente a la confirmación del test, los ataques al corazón eran significativamente más frecuentes.
Según explican los investigadores, hay varios mecanismos que pueden estar detrás de esta relación. Por un lado, la infección es capaz de desencadenar procesos inflamatorios y vasoconstrictores que afectan al sistema cardiovascular. Además, también favorece la activación plaquetaria y, en último extremo, la formación de trombos que pueden provocar un síndrome coronario agudo.
En sus conclusiones, los científicos advierten de que la media de edad de los pacientes analizados era de 77 años y, de hecho, confirman que el riesgo detectado era particularmente alto en pacientes de avanzada edad, casos en los que la infección era de tipo B o pacientes que no habían sufrido previamente un problema coronario.
Por otro lado, también subrayan que la gripe parece no ser la única infección capaz de desencadenar un infarto. Otros virus respiratorios podrían cumplir el mismo rol, por lo que sugieren que la prevención de estos contagios debe promoverse especialmente en ancianos y otros grupos de riesgo.