Una comida equilibrada mantiene el peso en las personas sanas

FUENTE: La Razón

Cada primavera muchos españoles comienzan una dieta cuando se prueban el bañador. Y desde hace años, aprovechando el escaso conocimiento de la población sobre nutrición y la dificultad de mantener una alimentación equilibrada, proliferan una serie de dietas llamadas «milagro». Lo curioso es que muchas de las personas que se apuntan a este tipo de regímenes se encuentran dentro del rango de peso normal. Las dietas milagro están dirigidas a personas sanas (no obesas), y tienen en común la promesa de una pérdida de peso muy rápida y sin esfuerzo, presentándose como seguras y sin riesgo para la salud. Además, carecen de fundamento científico y tienen un efecto rebote, con una rápida ganancia de peso tras abandonarlas. No nos referimos a la alimentación alternativa (por ejemplo, la vegetariana o vegana), que puede ser adecuada para la salud, ni a otro tipo de dietas «milagro», como las utilizadas para la curación de enfermedades graves como el cáncer.

Las dietas «milagro» provocan cambios en el organismo, como la disminución de masa muscular, deficiencia de vitaminas, minerales y proteínas, y pueden producir alteraciones psicológicas. Y lo habitual, cuando se abandona cada una de ellas, es regresar a la alimentación que provocó el sobrepeso. Así, se pueden clasificar en tres tipos:

1. Las que consisten en una reducción de las calorías de la alimentación durante un determinado periodo de tiempo (por ejemplo, la dieta «toma la mitad», la dieta de la Clinica Mayo, etc.). Se trata de la ingesta de caldos y zumos, de ensaladas o de batidos de verduras.

2. Las que se basan en evitar combinaciones de alimentos (no mezclar las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono), no dando tanta importancia a las calorías que se consumen. Son las llamadas dietas disociadas. Por ejemplo, en el régimen de Shelton se consumen alimentos lácteos en el desayuno, carne en la comida del mediodía y verdura en la cena. En otras, se permite comer alimentos de un sólo tipo los lunes, otros diferentes los martes, etcétera.

3. Y, por último, las dietas que eliminan algún nutriente. En algunas de ellas se ingieren muchas grasas y se eliminan los hidratos de carbono, como en la dieta Atkins (permite comer carne y grasas de cualquier tipo, evitando los hidratos de carbono).

Podríamos citar otras variedades de dietas milagro, como aquellas en las que se ingiere exclusivamente un tipo de alimento (pollo, fruta, huevos...), las que se basan en el consumo de líquidos (como la dieta de la cerveza), y muchas más.

Como conclusión, se debe evitar este tipo de dietas que pueden afectar a la salud, y acudir siempre al especialista para que programe una alimentación personalizada y equilibrada y que contenga todos los grupos de alimentos.

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