FUENTE: ABC
Han pasado ya casi 400 años desde que Antoni van Leeuwenhoek, comerciante de telas de Países Bajos, asustara a sus vecinos mostrándoles la existencia de ‘criaturas vivas’ en el vinagre. Y transcurridos estos casi cuatro siglos, la mala fama de estas ‘criaturas’, que el propio Leeuwenhoek bautizó como ‘animálculos’ y que hoy conocemos como ‘bacterias’, no ha mejorado demasiado. Una mala fama, además, totalmente inmerecida. Tan solo hay que tener en cuenta que nuestros cuerpos albergan más bacterias que células, así como que estas bacterias cumplen funciones vitales para nuestra supervivencia. Es el caso de aquellas que habitan en nuestro intestino –la consabida ‘flora intestinal’– o en la piel. De hecho, investigadores de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) han hallado una especie bacteriana que, residente en nuestra epidermis, no protege frente al cáncer, muy especialmente frente al melanoma. Como explica Richard Gallo, director de esta investigación publicada en la revista «Science Advances», «hemos identificado una cepa de ‘Staphylococcus epidermidis’, muy común en la piel sana de los humanos, que presenta una capacidad selectiva para inhibir el crecimiento de algunos cánceres. Y es que esta cepa bacteriana produce un compuesto químico que destruye distintos tipos de células cancerígenas pero que no parece ser tóxico para las células sanas». En el estudio, los autores han descubierto una cepa de la bacteria ‘S epidermidis’ que produce un compuesto químico que, denominado ‘6-N-hidroxiaminopurina’ (6-HAP), parece proteger frente al desarrollo de cáncer de piel asociado a la exposición a los rayos ultravioleta (UV) en modelos animales –ratones–. Así, lo que hicieron fue manipular a los ratones para eliminar de su piel todas las ‘S. epidermidis’ capaces de producir este 6-HAP. Y una vez hecho esto, colocaron a los animales bajo lámparas de rayos UV. ¿Y qué pasó? Pues que los ratones sufrieron múltiples tumores cutáneos. Algo que no ocurría en aquellos con la bacteria productora de 6-HAP. Pero, ¿cómo se explica el efecto anticancerígeno de 6-HAP? Pues porque como muestra el estudio, esta molécula dificulta, cuando no impide, la replicación del ADN, por lo que las células que se han convertido en cancerígenas no pueden proliferar. El resultado es que esta 6-HAP tiene el potencial para suprimir el desarrollo de los tumores cutáneos inducidos por la radiación UV. Es más; la 6-HAP no solo tiene propiedades anticancerígenas; también es muy segura para las células sanas. En el estudio, los autores inyectaron la molécula en el torrente circulatorio de ratones cada 48 horas y a lo largo de dos semanas. Unas inyecciones que no se asociaron con ningún efecto tóxico ‘aparente’ pero que tuvo un efecto muy positivo para los animales. Y es que además de la 6-HAP, los ratones también recibieron el trasplante de células de melanoma. Sin embargo, y gracias a la molécula, el volumen de los tumores se vio reducido a menos de la mitad cuando se compararon con los que crecían en los ratones del ‘grupo control’ –esto es, sin inyecciones de 6-HA. Como indica Richard Gallo, «hay una evidencia cada vez mayor de que el microbioma de la piel es un elemento muy importante de la salud humana. De hecho, en un trabajo previo ya habíamos visto que algunas de las bacterias de nuestra piel producen péptidos antimicrobianos que nos defienden frente algunas bacterias patógenas como ‘S. aureus’». Cada año se diagnostican en nuestro país en torno a 5.000 nuevos casos de melanoma, tipo de cáncer de piel que, de no diagnosticarse y tratarse a tiempo, se asocia a una gran mortalidad. De hecho, el melanoma fue responsable solo en 2012 de la muerte de cerca de un millar de españoles. Además, la incidencia de este tipo de cáncer crece cada año un 10%, siendo el principal factor de riesgo la exposición al sol –o más concretamente, a los rayos UV, responsables del daño celular que da lugar a más del 90% de los casos de cáncer de piel–. Sin embargo, este daño inducido por la irradiación UV podría ser contrarrestado gracias a ‘S. epidermidis’ y su 6-HAP. Como concluye Richard Gallo, «parece que ‘S. epidermidis’ nos añade una capa de protección frente a algunos tipos de cáncer. Necesitamos comprender cómo se produce la 6-HAP, si puede ser utilizada para la prevención del cáncer o si la pérdida de esta molécula aumenta el riesgo de cáncer».Contrarrestar los rayos UV
Capa protectora