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El de pulmón es el cáncer más letal y actualmente supone el 20% de todas las muertes por cáncer. Sin embargo, en la última década es el que más ha mejorado la supervivencia, gracias en buena parte a las denominadas terapias dirigidas y a la inmunoterapia. Tratamientos a los que ayer se dedicó parte de la primera jornada del XXV Congreso de la Sociedad Valenciana de Neumología (SVN), que reúne en el Hotel Meliá a más de 300 expertos de toda la Comunidad Valenciana. Con estos nuevos fármacos se ha conseguido que la esperanza de vida de los pacientes con metástasis y por tanto con peor pronóstico pase de una media de 8 meses hasta 16. Tratamientos que han permitido que los largos supervivientes con metástasis a los 5 años hayan pasado del 2% al 3,5%, según ser puso de manifiesto ayer en el encuentro.
Las terapias dirigidas comenzaron a desarrollarse hace una década, pero es en los últimos dos años cuando más han avanzado. Se trata de fármacos «que atacan unas moléculas en concreto y que se administran en tratamientos personalizados para cada paciente», explican Elisa Gálvez y Eleuterio Llorca, oncóloga y neumólogo del Hospital General de Elda. Para diseñar estos tratamientos se obtienen muestras del tumor para su análisis molecular. En los últimos años también se ha desarrollado la técnica de biopsia líquida, que con una muestra de sangre del paciente permite analizar el material genético que liberan las células del tumor en la sangre. «Antes sólo podíamos contemplar las células cancerígenas, ahora somos capaces de ver el ADN de esas células para diseñar mejor los tratamientos».
Junto a las terapias dirigidas, otro tratamiento que está llamado a cambiar el curso del cáncer de pulmón es la denominada inmunoterapia. A diferencia de los tratamientos convencionales, como lo quimioterapia o la radioterapia, la inmunoterapia no se dirige a destruir las células del tumor, sino que su acción es la de estimular el sistema inmunitario del enfermo para que sea éste el que ataque y destruya el tumor. «La toxicidad de estos fármacos es mucho menor que la quimioterapia, porque al fin y al cabo se basan en un mecanismo más natural», señalan Gálvez y Llorca.
La inmunoterapia ha comenzado su andadura hace escasamente dos años y ya se aplica a casi todos los tumores. Pese a los resultados tan buenos que ya está dando, los especialistas están convencidos de que lo mejor de esto tratamientos «está aún por llegar». La mayor dificultad de la inmunoterapia y de las terapias dirigidas «es la selección de los pacientes que se van a beneficiar de estos tratamientos».