Fuente: ABC
Ni antibiótico, ni zumo de naranja, ni tampoco homeopatía. Contra el catarro común no hay vacunas ni tratamientos curativos. En pleno siglo XXI la Medicina aún no ha logrado doblegar esta infección tan incómoda. La pléyade de medicamentos que encontramos en las farmacias contra el resfriado solo sirven para aliviar sus síntomas, ya sea la congestión, la tos, la fiebre o el dolor de cabeza y garganta. Pero ninguno impide el contagio ni acorta su curso natural. Elresfriado se acaba curando solo, cuando el sistema inmune logra controlar la multiplicación de los virus. Esto suele ocurrir en una semana.
Aunque puede que el «hermano pequeño» de la gripe tenga sus días contados. Científicos del Imperial College de Londres y del Queen` University de Belfast publicaron ayer en la revista «Nature Chemistry»el hallazgo de una molécula que podría combatir eficazmente los virus del resfriado.
De momento, es solo una promesa que está dando los primeros pasos en el laboratorio. Las primeras pruebas con esta molécula han demostrado su capacidad para impedir que los virus «secuestren» las células humanas. El nuevo medicamento se dirige a una proteína presente en las células humanas, llamada N-myristoyltransferase (NMT). Los virus del catarro común se sirven de esta proteína para construirse un caparazón con el que proteger su genoma. Y esa necesidad es, en realidad, su talón de Aquiles. Sin ella, los virus no pueden replicarse.
Centenares de variantes genéticas
El resfriado común está provocado por una familia de virus con centenares de variantes, por eso resulta casi imposible fabricar una vacuna que les inmunice contra todos ellos. Además, estos virus mutan con rapidez y adquieren resistencia a los tratamientos que intentan combatirlos. Esa es la razón de que hayan fracasado hasta la fecha todos los intentos para doblegarlos.
Un invento casual
Igual que muchos de los grandes avances de la humanidad, este avance llega por accidente y con la participación de un científico que hace algo más de dos décadas revolucionó la farmacopea con viagra. Andy Bell, coautor de las famosas píldoras azules contra la impotencia, estaba buscando compuestos para combatir la malaria cuando se topó con un remedio contra el resfriado. La serendipia volvió a funcionar en su trabajo científico porque el hallazgo de viagra también llegó por casualidad, buscando un nuevo tratamiento contra la angina de pecho, un problema cardíaco.
El primer paso se ha dado. Ahora se se necesitan más estudios para asegurar que es un tratamiento seguro, además de eficaz. Los científicos ya piensan en desarrollar una fórmula inhalada, que administrada de forma temprana en la infección podría llegar con rapidez a los pulmones y atajar la enfermedad con rapidez.