La primavera está dando sus últimos pasos, pero aún podemos disfrutar de los alimentos que nos ofrece esta estación. En concreto, los especialistas recomiendan tomar alimentos de temporada, porque además de ser más sabrosos, conservan sus propiedades nutritivas y cubren las necesidades nutricionales de esta época del año.
La estación en la que la luz y el calor comienzan a tomar fuerza es el momento en que verduras, frutas y legumbres están en su mejor momento. Es la estación de las frutas de color rojo: fresas, fresones y frambuesas, y frutas ricas en vitamina C con un alto contenido en agua y en fibra. Es importante tener en cuenta que, en el momento de la compra, cuanto más rojas, mejor, y es muy importante que sean de proximidad.
También están las frutas amarillas o anaranjadas como los nísperos, los albaricoques, las nectarinas… Son ricas en carotenos, precursor de la vitamina A. Tienen propiedades antioxidantes y protegen nuestra piel de los efectos de los rayos solares. Es importante aprovechar cuando está la temporada de estas frutas porque son deliciosas y duran muy poco.
En cuanto a las verduras, la primavera es época de ajos, cebollas tiernas y espárragos, producto estrella de la primavera. Son verduras que contienen mucha fibra y pocas calorías, y son muy apreciadas en la cocina porque se pueden preparar de muchas maneras y en multitud de recetas como, por ejemplo, revueltos con huevo, platos de pasta, arroz, patatas, carnes, guisos, y maridan muy bien prácticamente con cualquier preparación culinaria.
Tampoco hay que olvidar las legumbres de primavera, como los guisantes y las habas. En primavera es cuando las podemos consumir frescas y con todas sus propiedades gustativas y nutricionales. Es importante recordar que los expertos recomiendan consumir legumbres, como mínimo, tres veces por semana, ya que, al ser ricas en proteínas, pueden ser un buen sustituto de las proteínas animales. Además, tienen la ventaja con respecto a estas que, al tratarse de productos vegetales, no contienen colesterol y, además, son una buena fuente de fibra alimentaria.
¿Hay alimentos que no deban comerse en primavera?
No hay alimentos específicos que no se puedan consumir en primavera, pero es cierto que hay que priorizar los de temporada, como se ha comentado, y las preparaciones siempre frescas y coloridas.
Las ensaladas no solo son preparaciones para el verano: podemos hacer ensaladas con verduras y hortalizas, con frutas, incluso con patatas, con legumbres, con pasta, con arroz… En cualquier época del año. Con alimentos de temporada y que pueden ser un plato único, completo y nutritivo.
Consejos nutricionales para retomar la práctica del deporte en primavera
En periodos de competición siempre hay que tener presente que las necesidades de agua, energía y nutrientes se incrementan durante la práctica de actividad física, por lo que debemos asegurar que se cubren adecuadamente con la ingesta tanto de alimentos como de bebidas antes, durante y al finalizar la actividad.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como por ejemplo el pan, pasta, arroz, patatas, entre otros, deben ser la base de la dieta, y especialmente en los periodos de entrenamiento, con el fin de facilitar la carga máxima de glucógeno que fisiológicamente alcanza el deportista.
Los azúcares simples procederán siempre de las frutas frescas y desecadas y también de los lácteos. Un bajo aporte de hidratos de carbono complejos puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones y de bajar el rendimiento.
Respecto a las proteínas, la ingesta de alimentos proteicos debe ser a base de legumbres, aves, carnes blancas muy magras, huevos, pescados y frutos secos. Y las grasas, a partir de aceite de oliva virgen extra, principalmente, así como de frutos secos, del aguacate y los pescados azules ricos en omega 3. Las frutas y hortalizas tienen un papel muy relevante en la alimentación de todas las personas y especialmente aquellas que practican algún deporte, porque aportan agua, vitaminas, minerales claves para el músculo y la hidratación, fibra, compuestos antioxidantes y azúcares de metabolización más rápida. Todos ellos, compuestos que participan en el sistema inmune y en el metabolismo.
También es recomendable beber cada quince o veinte minutos, aproximadamente, incluso sin tener sed, tanto antes como durante y después de las pruebas de larga duración, y en pequeñas cantidades, a una temperatura agradable que debe de rondar entre los 15-20 grados centígrados.
El té, otras infusiones, bebidas vegetales, caldos, o bebidas isotónicas y especiales para deportistas también pueden ser opcionales.