Fuente: EFE Salud
Los nuevos medicamentos han ofrecido soluciones a patologías que hasta ahora no tenían cura: “En los últimos 25 años las muertes por cáncer se han reducido un 20%; sólo en lo que va de siglo los fallecimientos por patologías cardiovasculares han caído un 37%”. “Patologías como el sida han dejado de ser mortales, y otras incurables, como la hepatitis C, ya tienen cura”. Quien así lo explica es Jesús Acebillo, presidente de Farmaindustria.
Para Acebillo vivimos un “momento histórico” y “estamos en medio de una revolución en biotecnología” que está reimaginando la medicina con las nuevas terapias moleculares, genéticas y celulares, que están transformando la evolución de las enfermedades y la vida de los pacientes.
El presidente de Farmaindustria ha inaugurado esta semana unas jornadas sobre Investigación más Desarrollo (I+D) biomédico, organizada en el marco de la iniciativa europea #WeWontRest.
Irene Braña, investigadora y especialista en Oncología del Hospital Vall d Hebron; Susana Rives, oncóloga pediátrica en Sant Joan de Deu y la investigadora Gloria González Aseguinolaza, de la Universidad de Navarra, han participado en este foro.
Las investigadoras han coincidido en señalar que el avance de la genómica y la proteómica funcional ha situado a la medicina a las puertas de una nueva era o revolución.
Una revolución, han referido, que protagoniza especialmente la llamada medicina de precisión, que no es otra cosa que encontrar el fármaco adecuado, en la dosis adecuada, para el paciente adecuado y en el momento adecuado.
Los avances arriba citados, son, para Farmaindustria la mejor prueba de la validez del actual modelo de I+D biomédica.
Sólo en el ámbito europeo la industria farmacéutica invierte cada año más de 35.000 millones de euros en I+D, y dedica a estas tareas el 17% de su plantilla (más de 100.000 profesionales).
En concreto y para Acebillo, la innovación será la solución para asegurar la sostenibilidad del sistema, y “no el problema, como algunos piensan” y España, ha concluido, cuenta actualmente con todos los elementos para situarse en el grupo de cabeza de esta revolución que experimenta la investigación biomédica.
Nuevos medicamentos: años de vida
En las últimas décadas, la atención sanitaria y, de una manera destacable, la innovación farmacéutica han adquirido una especial importancia en el incremento de la esperanza de vida.
Así se desprende del informe “El valor del medicamento desde una perspectiva social”, elaborado por el centro de Estudios en economía de la salud Weber con el apoyo de Farmaindustria, publicado en marzo pasado.
El informe refiere que uno de los estudios realizados por Lichtenberg F analiza precisamente el impacto de la innovación farmacéutica en el incremento de la esperanza de vida al nacer.
Así, entre 1986 y 2000, la esperanza de vida a nivel mundial aumentó en 1,96 años, de los cuales se estima que 0,79 años (un 40%) se produjeron gracias al lanzamiento de nuevos medicamentos.
Un estudio posterior del mismo autor, llevado a cabo en 30 países desarrollados, atribuye a la innovación farmacéutica una contribución aún mayor a la longevidad poblacional.
Este estudio, citan las mismas fuentes, estima que entre 2000 y 2009 se ganaron 1,74 años de esperanza de vida, de los cuales 1,27 años (el 73%) podían atribuirse al efecto de la innovación farmacéutica.
Otro estudio del que se hace eco el informe Weber y que fue realizado para varios países de la OCDE, concluye que el gasto farmacéutico se asocia de manera positiva y estadísticamente significativa con la esperanza de vida, tanto en edades intermedias (a los 40 años) como avanzadas (a los 60 años).
En el mismo se estima que doblar el gasto farmacéutico per cápita incrementaría un 2% la esperanza de vida a los 40 años y un 4% la esperanza de vida a los 60 años.
Esto, según las citadas fuentes, implicaría que un varón de 60 años vería aumentada su esperanza de vida de 18,5 a 19,2 años, y una mujer de 22,5 a 23,5 años.
Los datos en España
Los últimos datos disponibles del INE evidencian un ligero incremento de la mortalidad en España.
En 2015 se registraron 422.568 defunciones por todas las causas, un incremento en términos absolutos del 17% respecto al 2000.
Sin embargo, refiere el informe Weber, al comparar la tasa de mortalidad por 100.000 habitantes entre ambos años, el incremento es solo del 2% .
Así, la tasa de mortalidad por enfermedades del sistema circulatorio es la que reflejó la mayor disminución (-14%) entre 2000 y 2015.
Mientras que las muertes por enfermedades hipertensivas, que se incluyen en este grupo, han aumentado un 118%.
También disminuyó la mortalidad por enfermedades del sistema digestivo (-4%).
En este grupo destaca la disminución de muertes por cirroris y enfermedades crónicas del hígado (caída del 30%).
Otro dato importante que subrayan es la disminución de la tasa de muerte ocasionada por la diabetes (-4%).
Por su parte, las enfermedades del sistema nervioso son las que experimentaron un mayor crecimiento de la mortalidad relativa a la población (+114%).
Seguidas de las muertes por trastornos mentales y de comportamiento (+66%) y las enfermedades de la sangre (+46%).
Cabe resaltar, señala la citada fuente, que aún cuando la tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas y parasitarias reflejó un aumento del 5% en 2000-2015, las tasas de muerte ocasionadas por sida y tuberculosis reflejaron una disminución de entre un 68 y 52% respectivamente.
Otro dato destacable lo representa el incremento de la tasa de mortalidad ocasional por alzhéimer(151%).
Tasa de mortalidad por cáncer
Añade además que la tasa de mortalidad ocasionada por los tumores en general presenta un ligero incremento del 2%.
Si bien se pueden apreciar reducciones importantes entre varios tipos de tumores malignos: laringe (-37%), estómago (-21%), próstata (-8%), mama y cuello del útero (-4%).
Por el contrario, entre los principales incrementos resalta la tasa de mortalidad ocasionada por los tumores malignos de las vías urinarias (+571%, si bien su prevalencia es relativamente baja) y páncreas (+39%).
Al desglosar estos grupos de causas de muerte en afecciones concretas, el informe Weber observa con mayor detalle cuáles son concretamente las causas no externas más prevalentes responsables del aumento o disminución de la tasa de defunciones en ese periodo y que suponen más de 300 muertes anuales en España.