FUENTE: Infosalus
Durante los cinco años antes de que las personas desarrollen los primeros signos clínicamente reconocidos de esclerosis múltiple (EM), tienen hasta cuatro veces más probabilidades de ser tratados por trastornos del sistema nervioso, como dolor o problemas para dormir, y tienen un 50 por ciento más de probabilidades de visitar a un psiquiatra, según una nueva investigación de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Vancouver, Canadá.
Los primeros signos que predicen la esclerosis múltiple
El estudio podría permitir a los médicos diagnosticar la enfermedad y comenzar a tratarla antes, lo que posiblemente ralentizaría el daño al cerebro y la médula espinal. La EM sruge cuando el sistema inmune del cuerpo ataca la mielina, el material graso que aísla las neuronas y permite la transmisión rápida de señales eléctricas. Cuando se daña la mielina, se interrumpe la comunicación entre el cerebro y otras partes del cuerpo, lo que lleva a problemas de visión, debilidad muscular, dificultad para el equilibrio y la coordinación y deficiencias cognitivas.
Debido a que los síntomas son variados, a menudo asociados con otros trastornos, y pueden ser transitorios, el diagnóstico de EM puede ser un desafío. La confirmación de la enfermedad, por lo general, se realiza mediante resonancia magnética (IRM), una prueba de impulsos nerviosos o un examen del líquido espinal.
Los investigadores, dirigidos por Helen Tremlett, profesora de la División de Neurología de la UBC, examinaron los registros de salud de 14.000 personas con esclerosis múltiple de BC, Saskatchewan, Manitoba y Nueva Escocia, entre 1984 y 2014, y los compararon con los registros de salud de 67.000 personas sin la enfermedad.
Tremlett y el exinvestigador postdoctoral José Wijnands descubrieron que la fibromialgia, una afección que conlleva un dolor musculoesquelético generalizado, era más de tres veces más común en las personas que posteriormente fueron diagnosticadas con EM, y el síndrome del intestino irritable era casi el doble de común.
También hallaron otros dos trastornos con tasas marcadamente más elevadas entre las personas que se diagnostican con esclerosis múltiple: migrañas y cualquier trastorno del estado de ánimo o ansiedad, como depresión, ansiedad y trastorno bipolar. Las tasas más elevadas de esas enfermedades también se corresponden con un mayor uso de medicamentos para trastornos musculoesqueléticos, del sistema nervioso y del tracto genitourinario, junto con antidepresivos y antibióticos.
El estudio, publicado en 'Multiple Sclerosis Journal', proporciona evidencia definitiva de que la EM puede estar precedida por síntomas tempranos, conocidos como pródromos, que no se consideran manifestaciones "clásicas" de la enfermedad, como visión borrosa, entumecimiento o debilidad en las extremidades. Tan recientemente como en el año 2000, los libros de texto médicos apuntaron que la EM no tenía un pródromo.
"La existencia de tales 'signos de advertencia' son bien aceptados para la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, pero ha habido poca investigación sobre un patrón similar para la EM", lamenta Tremlett, catedrática de Investigación en Neuroepidemiología y Esclerosis Múltiple y miembro de la Centro Djavad Mowafaghian para la Salud del Cerebro. "Ahora tenemos que profundizar en este fenómeno. Queremos ver si hay patrones discernibles relacionados con el sexo, la edad o el 'tipo' de EM que finalmente desarrollan", adelanta.