Fuente: El País
En los millones de microbios que pueblan el intestino humano —bacterias, virus y hongos que, en conjunto, se conocen como microbiota— puede estar la clave para combatir una de las grandes amenazas para la salud pública mundial: las superbacterias (microorganismos resistentes a los tratamientos antibióticos convencionales). De hecho, son las heces las que tienen un papel capital en la lucha contra algunas bacterias resistentes como el Clostridium difficile. Hace años que la comunidad científica ha validado el trasplante de materia fecal —que contiene un microbioma equilibrado— para tratar infecciones resistentes o recidivantes por Clostridium difficile. Se trata de cambiar la flora alterada a causa de la infección por un microbioma fecal de alguien sano y dejar que repueble el intestino. El problema es que la selección de heces es muy exhaustiva y la mayoría no son válidas. Por eso, el hospital de Bellvitge de Barcelona, que lleva desde 2014 realizando este tipo de intervenciones, ha creado ahora un banco de heces pionero en España para trasplantes de microbiota fetal.
Esos millones de microorganismos que conforman la microbiota interfieren en el estado de salud y tienen un papel en muchas funciones fisiológicas que aún se están descubriendo. Pero el trasplante de microbiota fetal solo está indicado, por ahora, para tratar las infecciones resistentes por Clostridium difficile. "Hay muchas patologías vinculadas a alteraciones de la microbiota, pero esto no permite establecer una relación causal. Se está investigando el trasplante fecal en otros campos, como la enfermedad inflamatoria intestinal o la colitis ulcerosa, pero no hay más indicaciones aprobadas para esta técnica que en infecciones por Clostridium difficile. En un futuro inmediato, no obstante, un campo muy atractivo para usar esta terapia es en otras superbacterias", apunta el doctor Jordi Guardiola, jefe del servicio de Aparato Digestivo de Bellvitge.
El Clostridium difficile es el primer causante de infecciones intestinales dentro del ámbito hospitalario. Es un microorganismo común que está en el ambiente y puede habitar el intestino sin causar problemas. Pero si algo hace alterar la microbiota intestinal, como el consumo de antibióticos —habitual en hospitales—, esta bacteria libera una toxina que favorece una acción inflamatoria en el colon. "En una microbiota normal, las bacterias interaccionan de forma equilibrada con el intestino y no hay propensión a inflamarse. Sin embargo, cuando la gente toma antibióticos y tiene la microbiota alterada, digamos que esa conversación entre la microbiota y la mucosa desaparecen, y es más fácil que esa bacteria anide en tu intestino y se desarrolle una colitis, porque no hay buena interacción entre las bacterias y el intestino", explica el médico de Bellvitge. El trasplante de microbiota fecal sirve, entonces, para repoblar esa flora alterada y devolver esa especie de convivencia pacífica entre todos los microorganismos que interaccionan con el organismo.
"El principal problema que nos encontrábamos es que necesitábamos donantes. Se lo pedíamos a los familiares pero la mayoría las desechas. De hecho, solo son válidos el 20% o el 25% de los potenciales donantes", explica Guardiola, que es uno de los artífices de este banco de heces. Las muestras de los donantes se guardan en un congelador, a 80 grados bajo cero. Ahora están empezando a acumular muestras y tienen apenas una decena. Por ahora, "suficientes", dice el médico, para ir cubriendo los casos que van saliendo.
El proceso de donación es altruista y los profesionales suelen recurrir a los familiares de los pacientes. El cribado, no obstante, es muy exigente: se descartan personas con patologías crónicas, los que sean portadores de algún patógeno o gérmenes multirresistentes en las heces, y se hace un estudio de enfermedades del donante —"no aceptamos nadie que haya tenido relaciones con alteraciones de la microbiota, como diabetes, cáncer, pólipos...", apunta Guardiola—. El filtro para seleccionar los donantes válidos puede durar semanas y retrasar el inicio del tratamiento del paciente. "El banco podría acelerar los pasos", agrega el médico, dando a los profesionales muestras congeladas de heces compatibles de forma inmediata.
El trasplante se hace previo proceso de filtración y centrifugación de las heces. De ahí sale una solución que es tratada por los profesionales sanitarios y, finalmente, se trasplanta al receptor en el colon a través de una colonoscopia o por una sonda nasoyeyunal. El resultado es efectivo, según el facultativo de Bellvitge, en más del 90% de los casos.
El equipo de Guardiola y otros grupos de investigación internacionales también están explorando encapsular esta solución y administrársela al paciente a través de una pastilla.