Fuente: El Mundo
La resistencia al sida, la eliminación de la malaria o el desarrollo de nuevos tratamientos para el cáncer son cada vez una realidad más cercana. Así lo explicó el microbiólogo e investigador Francisco Juan Martínez Mojica durante la inauguración del Instituto Biomédico Quaes (Ibquaes), que abrió sus puertas ayer en Valencia como «la primera escuela de formación biomédica de España», que se centrará en las disciplina de la genética y en el diagnóstico por imágenes.
En este sentido, Mojica ha realizado contribuciones para modificar la información genética a partir del sistema CRISPR, que él mismo descubrió y que permite «rescribir el libro de instrucciones que todos tenemos». Es decir, se trata de familias de secuencias de ADN en bacterias que contienen fragmentos de virus que han atacado a esos organismos. De este modo, la bacteria utiliza los fragmentos malignos para destruir el ADN de nuevos ataques de virus similares. Según el experto, la clave del éxito consiste en que con esta tecnología, la modificación de los genes «se hace con más facilidad, más eficacia y más precisión» que con el resto de técnicas. «Es una edición de los genomas, que consiste en cortarlos y pegarlos, como cuando se edita un vídeo», señaló el investigador. De este modo, la importancia de CRISPR radica en que hasta ahora había tres herramientas que permitían «modificar algunas de las frases del libro», pero con esta herramienta molecular «se puede hacer más rápido, no una a una, sino muchas páginas al mismo tiempo». Esto permite que se logren avances de gran envergadura dentro de los campos de la medicina, la agricultura y la biotecnología. En concreto, gracias a este sistema los investigadores han sido capaces de prevenir y curar enfermedades y averiguar las causas que hacen a las bacterias susceptibles de infecciones. A partir de estos descubrimientos, la ciencia ha permitido sustraer el virus del sida en algunas células e incluso crear embriones resistentes a esta enfermedad; o generar mosquitos que no transmitan la malaria.
Por otra parte, el CRISPR permite identificar los genes que actúan en el cáncer para investigar nuevos tratamientos. De hecho, hace dos años se inyectó por primera vez en humanos para intentar tratar el cáncer de pulmón, en ensayos que se llevan a cabo a día de hoy en diferentes países. De este modo, se utiliza la en tecnología CRIPSR para «reeducar a células del sistema inmunológico» y «dar instrucciones para que destruyen células tumorales». Sin embargo, la medicina no es la única utilización del CRISPR. También se han realizado avances en la agricultura para retardar la maduración de las frutas o acelerar el crecimiento y floración de las plantas.