Fuente: La Vanguardia
Ya sea por la búsqueda de un embarazo o simplemente para mantener el equilibrio hormonal, existen prácticas que más vale erradicar. Cualquier mujer que desee una vida saludable y plena debe buscar el balance en su sistema endrocrino y reproductor y de ello depende en gran medida suestilo de vida.
“Además de todos aquellos hábitos tóxicos como el tabaco, alcohol o el exceso de cafeína, existen muchos otros que son igual de negativos para la fertilidad. El más común es el estrés, ya que la mente y el cuerpo están conectados e influyen recíprocamente sobre la salud reproductiva”, indica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la Clínica Ginefiv.
Aunque también aparecen en la cultura popular falsos mitos, como la creencia de que la píldora anticonceptiva influye en estos aspectos que, según los expertos, carece de base científica. “A día de hoy, las dosis hormonales de la píldora han sido ajustadas para conseguir el máximo efecto con los menores efectos secundarios posibles”, añade la Dra. Verdú. Sin embargo, existen otras pautas a desterrar para maximizar el bienestar de la salud femenina. Los expertos revelan cuáles.
1. Disruptores endocrinos
Productos cotidianos como los cosméticos pueden influir en la salud hormonal. “Los más comunes son los químicos conocidos como disruptores endocrinos. Son aquellos que interfieren con tu sistema endocrino que regula las hormonas”, explica la Dra. Verdú.
Lo que ocurre con estas sustancias es que pueden modificar el equilibrio hormonal relacionado con el sistema reproductivo y causar graves problemas si la exposición a los mismos se realiza de forma prolongada. Se encuentran sobre todo en envases plásticos, determinados productos cosméticos, de limpieza o insecticidas. La doctora recomienda utilizar productos testados dermatológicamente o aquellos catalogados como ecológicos.
“Es posible limitar la exposición a estos disruptores reduciendo la compra de alimentos envasados, calentando la comida en recipientes de cristal o en platos en lugar de plástico y no reutilizando las botellas de pet. En el caso de las conservas una vez abiertas, es mejor guardar el alimento en un tarro”, aconseja la dietista-nutricionista de alimmenta.com Jessica Hierro.
2. Dieta y ejercicio
Los extremos no favorecen el óptimo funcionamiento del sistema reproductivo. “Una dieta extremadamente exigente y la práctica de deporte extremo causan en el cuerpo grandes desajustes hormonales que pueden provocar amenorrea e, incluso, infertilidad”, alerta la Dra. Verdú. Este fenómeno se debe a que este sistema reproductivo es muy sensible a los trastornos que se producen en el cuerpo.
En el otro extremo, el sobrepeso y la obesidad también pueden desequilibrarlo. “El exceso de peso puede producir resistencia a la insulina y desajustes sobre los niveles de las hormonas tiroides y otros tipos de hormonas”, comparte la especialista de Alimmenta.
3. Estrés
El estrés es uno de los estados más frecuentes en la vida moderna y su impacto es obvio en el organismo. Se trata de un conjunto de reacciones a nivel biológico, psicológico y conductual que se generan ante situaciones ambientales exigentes y que cumple la función de incrementar nuestro estado de activación para poder atender dichas demandas.
“Existe la creencia de que una mujer puede estar teniendo dificultades para concebir porque está estresada y no es raro que escuche frases como ‘vete de vacaciones, relájate y verás cómo te quedas embarazada’ que generan mucha frustración y un gran sentimiento de culpabilidad”, indica Verónica Sanmartín Cuevas, psicóloga especialista en salud reproductiva y directora de Fertipsi. Sin embargo, según aclara, cierto grado de estrés es frente a un obstáculo vital de tal importancia es natural y por tanto sano. El problema comienza cuando interfiere en el quehacer diario y produce una situación de bloqueo.
Esto es común en quienes están buscando el embarazo con ayuda de la ciencia. “El estrés es capaz de producir modificaciones en el ciclo ovulatorio. En parejas que se están sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida está comprobado que un nivel de estrés muy importante hace que abandonen estos tratamientos de forma precoz, impidiendo el objetivo final de llegar a ser padres”, aclara Verdú.
4. El ‘reloj biológico’
Cuando se supera la treintena, es normal recibir presión social respecto al asunto de la maternidad. “Las mujeres se exponen a ella cuando deciden postergar o eludir la maternidad, lo que puede provocar la toma de decisiones inapropiadas, no basadas en una elección personal”, cuenta Sanmartín Cuevas. La experta añade que si además se tienen dificultades para concebir, el cuestionamiento social constante solo añade estrés y frustración a su situación.
La presión social se forma en base a las experiencias vividas y las creencias construidas por un conjunto y por tanto no resulta sencillo cambiarla. “Es importante aprender a enfrentarla para evitar que genere emociones negativas o influya en nuestras decisiones”, añade Sanmartín que recomienda sincerarse sobre la situación con el círculo más cercano. “Es recomendable explicar de forma clara y contundente el motivo por el que no se está afrontando la maternidad, ya sea porque se prefiere esperar, porque se ha decidido no ser madre o porque se tienen dificultades”.