FUENTE: ABC
Las Naciones Unidas dan la voz de alarma por el aumento del hambre y, aunque sea una paradoja, por el incremento también de la obesidad, sobre todo entre la población adulta. Las cifras son dramáticas: 821 millones de personas, es decir, una de cada nueve personas sufría hambre en el mundo en el año 2017. Los más castigados, como siempre, son los menores de edad: 151 millones de niños por debajo de los 5 años registran un crecimiento irregular.
En los diez primeros años del nuevo milenio la humanidad tuvo el sueño de estar en el buen camino para liberarse definitivamente del hambre. Pero la ilusión se ha desvanecido, según el informe presentado ayer en Roma bajo el título «El estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo 2018», elaborado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en colaboración con Unicef y Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras entidades.
El informe no deja mucho espacio al optimismo: se confirma la tendencia de un incremento del índice de hambre en los últimos tres años, volviendo a niveles de hace una década. Este retroceso envía una clara señal: hay que hacer más y de forma más urgente para lograr el objetivo de desarrollo sostenible de alcanzar el «hambre cero» en 2030. La situación empeora sobre todo en América del Sur y en la mayoría de las regiones de África, concluye la FAO.
Entre los motivos de esta dramática inversión de tendencia se encuentran los cambios del medio ambiente, en particular fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones, además deguerras y crisis económicas. Los cambios en el clima están socavando la producción de algunos cultivos principales como eltrigo, arroz y maíz en las regiones tropicales y templadas.
La otra cara de la nutrición en el mundo es el repunte de la obesidad. Entre los menores, se destaca que hay 38 millones de niños con exceso de peso. No se trata de contraponer hambrientos y obesos, pero es la señal de una inicua y desordenada distribución de la riqueza. El documento de la FAO destaca que está empeorando también la obesidad entre los adultos: están en grave sobrepeso 672 millones de personas, o lo que es lo mismo, un adulto de cada ocho. Las cifras más impresionantes son las registradas en América del Norte, donde el problema es acuciante, pero hay también preocupación en Asia y África.
La subalimentación y la obesidad coexisten en muchos países e incluso se pueden dar en un mismo hogar. Las causas de este fenómeno aparentemente contradictorio son claras: la falta de acceso a alimentos nutritivos debido a su mayor costo, el estrés de vivir con inseguridad alimentaria y las adaptaciones fisiológicas a la privación de alimentos suponen un mayor riesgo de peso y obesidad.La FAO destaca que la desnutrición amenaza la salud de millones de personas. Se describe como «vergonzoso» el hecho de que una de cada tres mujeres en edad reproductiva se vea afectada por la anemia, lo que tiene notables consecuencias para su salud y desarrollo de las mujeres y de sus hijos.