FUENTE: El Mundo
Los europeos somos cada vez más longevos, aunque el alcohol, el tabaco y el sobrepeso siguen lastrando nuestra salud. Así lo refleja un informe elaborado por la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca el aumento de la esperanza de vida y la reducción de todas las causas de mortalidad, al tiempo que advierte de que los malos hábitos de vida, las desigualdades y la infravacunación ponen en riesgo todo el progreso logrado. La principal radiografía sobre el estado de salud del continente, publicada este miércoles, señala además que la sensación de bienestar de los europeos se encuentra entre las más altas del mundo, aunque matiza que la brecha en los indicadores clave entre países es muy pronunciada.
En concreto, el conjunto de habitantes de la región -que incluye 57 estados, desde las ex repúblicas soviéticas hasta Groenlandia- vive un año más que hace un lustro. También aumenta el número de los años vividos en buen estado de salud, aunque a un ritmo menor de lo que crece la longevidad. Pero la OMS señala que hay más de una década de diferencia entre los países que lideran la lista en esperanza de vida (España es cuarto) y los que están en la cola, y que "el progreso está siendo desigual, tanto entre países como por sexos y generaciones".
Por otro lado los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida amenazan con "ralentizar, o incluso invertir" el aumento de la esperanza de vida si no se controlan. Europa continúa teniendo la tasa más alta de consumo de alcohol en el mundo (8,6 litros de alcohol puro por habitante), aunque la tendencia apunta a un ligero descenso. También es el continente más fumador, con casi un 30% de la población afectada. Aún más preocupante es la cuestión del sobrepeso y la obesidad, que se encuentran en una curva ascendente en la mayor parte del continente: más de la mitad de la población europea es obesa, dato sólo superado por Ámerica.
"Los niveles de obesidad son alarmantes, especialmente en niños", explica Claudia Stein, especialista de la oficina europea de la OMS, "en algunos países ha aumentado entre hasta 20% o un 40%: es enorme". Precisamente la obesidad infantil se presenta como la principal amenaza para la salud de la próxima generación. "Es un problema que hay que afrontar ya", advierte Stein, "si no queremos que la curva ascendente de esperanza de vida se detenga o se invierta". Desde la OMS apelan a los gobiernos a que tomen mayor responsabilidad en este punto. "Los impuestos y la legislación funcionan", afirma la especialista, que pone como ejemplo el impuesto sobre el azúcar que se ha aplicado en el Reino Unido.
Una de las novedades negativas del informe viene ligada a los recientes brotes de sarampión y rubéola relacionados con la infravacunación, especialmente en niños. El pasado mes otro informe de la OMS denunciaba bajos niveles de acceso a vacunas en algunas regiones, por carencias en los programas de salud o por la influencia del movimiento antivacunas. Una nueva realidad que pone en peligro la capacidad de la región para eliminar estas enfermedades. "Es algo que nunca había pasado", señala Stein, "en países como Rumanía e Italia estamos viendo dos tipos de problemas: uno de almacenamiento deficiente de las vacunas y otro de desinformación y oposición ideológica".
En el caso de España los buenos datos en longevidad (83 años de esperanza de vida) y en acceso a la sanidad (tercera en la lista) contrastan con los hábitos negativos. Los españoles están por encima de la media europea en consumo de alcohol (9,2 l) y tabaco (un 30% de la población), así como en sobrepeso y obesidad. Especialmente entre los hombres: 68% de los varones con sobrepeso y 24% obesos. Aun así, tanto España como Europa están por encima del objetivo de la OMS de reducir la mortalidad en un 1,5% anual hasta 2020. Los fallecimientos prematuras causadas por las cuatro principales enfermedades no transmisibles -dolencias cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas- apuntan a un descenso medio del 2%.
El informe de este año representa un punto de inflexión al tratar de ir más allá de los datos puramente médicos. Así, revela también que los europeos disfrutan de la mayor sensación de satisfacción con la vida de todas las regiones del mundo. El problema es que ante la negativa de algunos miembros a que se divulguen los datos por país, la OMS sólo publica las cifras generales. "En algún momento esperamos poder publicar cifras individuales" confía la doctora Stein, para saber cómo influyen los comportamientos o las diferencias culturales".
Otro de los parámetros incluidos en esta última edición es el desempleo, elegido como indicador de la desigualdad social. En él España ocupa la cuarta plaza en toda la región, muy por encima de la media. "Ha habido mucha discusión sobre este indicador", reconoce la especialista, "creemos que tiene un impacto fuerte en la salud y en los hábitos de vida así como lo tienen otras cuestiones relacionadas, caso del nivel de ingresos". Aunque reconoce que "no hay una relación directa" entre salud y el desempleo, pone el ejemplo de Grecia donde el deterioro de todos los indicadores socioeconómicos ha coincidido con la ralentización de la esperanza de vida, especialmente en los peores años de la crisis.