FUENTE: ABC
Las células zombis son las que no pueden morir, pero son también son ‘inútiles, ya que son incapaces de realizar las funciones de una célula normal. Se sabe que estas células zombis o senescentes están implicadas en una serie de enfermedades relacionadas con la edad, pero ahora, un estudio publicado en «Nature» asegura haber encontrado una relación entre estas células y la neurodegeneración. Los hallazgos podrían abrir una nueva vía terapéutica para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.
Investigaciones anteriores han demostrado que las células senescentes -células disfuncionales que han perdido su capacidad de dividirse- se acumulan con la edad nuestro organismo y promueven activamente la degeneración del tejido. La eliminación de estas células puede contrarrestar muchos efectos del envejecimiento.
Utilizando ratones transgénicos que imitan la enfermedad neurodegenerativa, Darren Baker y su equipo de la Clínica Mayo-Rochester (EE.UU.) han identificado la acumulación de células senescentes en regiones del cerebro, como el hipocampo, y han visto, al evitar la acumulación de estas células, que se podría la agregación de proteína tau, la muerte neuronal y la pérdida de memoria.
Estos resultados demuestran que la eliminación de las células zombis antes antes del inicio de la enfermedad neurodegenerativa en un modelo de ratón puede tener un efecto significativo sobre la progresión de la enfermedad.
Células senescentes
«Se sabe que las células senescentes se acumulan al avanzar la edad natural y en sitios relacionados con enfermedades del envejecimiento, incluida la osteoartritis, la aterosclerosis y las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y el párkinson», explica Baker, autor principal del artículo. «En estudios previos, hemos descubierto que la eliminación de células senescentes de ratones de edad natural prolonga su vida sana».
Tal y como señala el investigador Tyler Bussian, «cuando destruimos las células senescentes, descubrimos que los animales enfermos conservaban la capacidad de formar recuerdos, eliminaban los signos de inflamación, no desarrollaban nudos neurofibrilares y mantenían la masa cerebral normal». Asimismo, la terapia farmacológica para eliminar las células senescentes moduló la aglutinación de las proteínas tau.
Además, el estudio ha identificado el tipo específico de célula que se volvió. «Vimos –señala Bussian- que dos tipos diferentes de células cerebrales -'microglia' y 'astrocitos'- resultaron ser senescentes cuando observamos el tejido cerebral bajo el microscopio». Y añade: «estas células son importantes defensoras de la salud y la señalización neuronal, por lo que tiene sentido que la senescencia en cualquiera de ellas afecte negativamente a la salud de las neuronas».
El hallazgo es sorprendente porque hasta ahora no se había establecido un vínculo causal entre las células senescentes y la enfermedad neurodegenerativa. «No teníamos idea de si las células senescentes contribuyeron activamente a la patología de la enfermedad en el cerebro, y descubrir que son los astrocitos y la microglia los que tienen tendencia a la senescencia también es algo sorprendente», sostiene Baker.
En su opinión, este trabajo establece el mejor de los escenarios, donde la prevención del daño al cerebro evitaría el estado de la enfermedad. «Es obvio que no podemos aplicar este mismo enfoque en la práctica clínica, por lo que estamos comenzando a tratar a los animales después del establecimiento de la enfermedad y trabajando en nuevos modelos para examinar las alteraciones moleculares específicas que ocurren en las células afectadas», señala Baker.