FUENTE: Levante EMV
Las hormonas sexuales influyen en el cerebro de manera determinante. Hace veinte años, Nirao Shah, profesor de Neurobiología en la Universidad de Stanford, descubrió que las diferencias cognitivas y de comportamiento entre hombres y mujeres obedecían a la detención de hormonas en el hipotálamo, mucho más que a las influencias culturales, como se creía hasta entonces.
Las hormonas afectan a nuestro cuerpo y a nuestra psique. Nos cambian en muchos sentidos incluso durante el día. ¿Qué ocurre si nos falta alguna? ¿Afectan igual a hombres y mujeres? Las hormonas son transmisores de mensajes bidireccionales del cerebro a los órganos, tejidos, glándulas... algunas sirven para estar más feliz, estimular el hambre, las hay que se involucran en los orgasmos, en la producción de la leche o plaquetas, las hay que sirven para crecer, otras tienen efectos inmunodepresivos, reguladoras del estrés, ayuda para dormir, para la digestión, etc. Cuando hay un desequilibrio hormonal, las consecuencias se hacen notar y aparecen trastornos de todo tipo que necesitan atención médica.
Según el libro "Las hormonas" de Ana María Aranda Iriarte, tenemos más de medio centenar de hormonas que desempeñan funciones vitales. En parte son fruto de una herencia genética, pero cuando hay una irregularidad pueden tratarse, bien mediante fármacos o mejorando los hábitos de vida. Si una glándula endocrina está alterada, la función hormonal cambia afectando al aspecto físico, al peso, a las emociones; puede generar problemas oculares, sarpullidos en la piel y otros síntomas cuya gravedad puede incluso ser extrema.
Por ejemplo, la actriz Brooke Shields tuvo a su primera hija en 2003. El nacimiento también le trajo a Brooke una profunda depresión postparto cuyas consecuencias hubieran sido impredecibles sin la ayuda médica necesaria. La actriz de" El lago azul" escribió un libro llamado: Down came the rain: Historia de una madre y su depresión postparto (Penguin, 2007) donde cuenta su experiencia: "Por fin tenía a una niña sana y no podía ni mirarla", dice Brooke, quien dio a luz Rowan después de un aborto y de siete intentos fallidos de fecundación in vitro. "No podía cogerla, no podía cantarle y no podía sonreírle... "
Un estudio de la Universidad de California reveló que las mujeres que tenían depresión posparto presentaban niveles elevados de la hormona que circula en la placenta durante el embarazo, la corticotropina, producida como respuesta al estrés. La depresión posparto afecta a una de cada cinco mujeres entre las cuatro y las seis semanas posteriores al nacimiento del bebé y el 7% de las madres primerizas padecen una depresión grave. Si no se tratan, las mujeres pueden sentirse tan abatidas como para intentar suicidarse o causar daños al recién nacido.
Sin embargo, la conclusión debería ser que las hormonas no nos controlan. Somos nosotros quienes podemos tomar las riendas de nuestra vida independientemente de las decisiones fisiológicas de nuestro cuerpo. En el libro de Don Colbert: "El Gran Libro de Las Hormonas: Secretos Naturales Para Los Cambios de Humor, Dormir Mejor, Perder Peso y Eliminar Los Sofocos",(Siloam Editors, 2016) el autor señala que las mujeres ya no están sometidas a la montaña rusa hormonal, que deben identificar sus desequilibrios y aprender a ir al médico cuando observen extrañas pérdidas de peso, cambios en el sueño, agotamiento, pérdida de deseo sexual, etc.