FUENTE: Levante EMV
Daños en el riñón, ceguera, enfermedades del corazón, ictus... el riesgo de desarrollar cualquiera de estas enfermedades se dispara para los diabéticos, unas 400.000 personas actualmente en la Comunitat Valenciana.
De hecho, los expertos aseguran que esta cifra de afectados por la diabetes de tipo 2 no es real y que se debería de hablar de 700.000 afectados en la C. Valenciana ya que existe una bolsa de un 6 % de población que, según los últimos estudios, desconocen que son diabéticos.
La cifra, sea una u otra, no va a hacer más que aumentar ya que este tipo de diabetes, que se ha convertido en una pandemia a nivel global, está directamente relacionada con la obesidad. Esta interrelación llega a tal punto que los especialistas ya hablan de abordarlas como una sola patología: la diabesidad.
«La relación está tan clara como claro tenemos que el tabaco provoca cáncer de pulmón», apunta el doctor Carlos Morillas, presidente de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición y adjunto en el servicio de Endocrinología del Hospital Doctor Peset de València. La Federación Española de Diabetes, FEDE puso ayer cifras a esta relación: un 80 % de casos de diabetes tipo 2 sería evitable con hábitos de vida saludable.
Conscientes de ello, los especialistas piden, aprovechando la celebración hoy del Día Mundial de la Diabetes, no solo poner el énfasis en el diagnóstico precoz de los diabéticos que no saben que lo son y en el tratamiento de los que ya tienen la enfermedad sino en la prevención. «Demos también un paso atrás y evitemos que esta epidemia siga creciendo, solo hace falta inculcar hábitos saludables: una mejor alimentación y dejar de lado el sedentarismo», según Morillas.
El reto, sin embargo, no es fácil. Según cifras de la Conselleria de Sanidad, recogidas en su Estrategia de Diabetes 2017-2021, el 52,7 % de los adultos y el 18,3 % de los menores de 18 años tienen ya exceso de peso y solo un tercio de los mayores de 15 años practican actividad física más de dos días a la semana.
El consumo de frutas, verduras y legumbres está, además, lejos de ser el óptimo y todo, pese a estar en una zona donde, en principio, se sigue la dieta mediterránea.
«No se está haciendo una dieta mediterránea como deberíamos. Como mucho nuestros antepasados la harían pero ahora mismo tenemos un consumo hipercalórico y además con un exceso de azúcar y de grasas trans», avisa el endocrinólogo.
Para Morillas, toda acción que ayude a visibilizar el azúcar oculta en los alimentos (ya sean campañas de concienciación o el sistema de alerta por colores que va a implantar el Ministerio de Sanidad) es «positiva porque cada día tenemos más estudios que relacionan el consumo de grasas trans y de azúcar con afecciones a la salud».