FUENTE: El País
Respirar es un acto inconsciente, de esos que pasan desapercibidos aunque la vida dependa de ellos. Pero para 251 millones de personas en todo el mundo —2,9 millones en España—este proceso vital es un reto diario por la inflamación y la obstrucción de sus vías respiratorias que produce la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Esta dolencia es ya la tercera causa de muerte en todo el mundo —por detrás de la enfermedad isquémica del corazón y de los infartos— y la cuarta en España, según los datos de un artículo publicado en The Lancet y los de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para hacernos una idea de la gravedad, solo en España mata a una persona cada 20 minutos, apuntan las cifras de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Aunque los datos parezcan desalentadores, no todo es tan malo: la EPOC es el primer motivo prevenible de muerte en nuestro país y algunas de las medidas para evitarla están en nuestra mano.
A diferencia de otros países, donde gran parte de los casos son consecuencia de respirar el humo generados en cocinas de carbón y de leña mal ventiladas, el origen más común en España es el tabaquismo. "Si las personas no fumaran se eliminarían entre el 70% y el 80% de los casos", subraya el científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital de la Princesa Joan Soriano, quien ha participado en la tarea de clasificar las enfermedades más mortales del planeta.
No cabe duda de que dejar de fumar vale la pena y, como reza el lema del Día Mundial de la EPOC, que se celebró el pasado miércoles con el objetivo de dar a conocer la enfermedad, "nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde".
Los científicos saben que cortar con este mal hábito detiene el progreso de la patología e incluso revierte los efectos si se interviene cuando se manifiestan los primeros síntomas: tos diaria, expectoraciones y fatiga que aparece al realizar acciones a las que estamos acostumbrados. Uno de los problemas es que un 81,7% de las personas que padecen esta enfermedad no están diagnosticadas, según los resultados preliminares del estudio EPI-SCAN II SEPAR. Así que, si aparecen estas señales, los expertos recomiendan acudir al médico, sobre todo si tenemos 40 años o más y hemos sido fumadores en algún momento de nuestras vidas.
Esta investigación también revela que los hombres son más conscientes del problema que las mujeres, un grupo social en el que los casos de EPOC han aumentado un 70% la última década. Al menos, eso sugiere el hecho de que "el infradiagnóstico es superior en ellas que entre ellos", según revela Soriano. El epidemiólogo, que es miembro del comité científico del estudio EPI-SCAN II —diseñado para monitorizar la salud de 10.200 personas de las 17 comunidades autónomas—, detalla que el 88,2% de las mujeres mayores de 40 años con EPOC no sabe que tiene la enfermedad, mientras que la cifra en la población masculina es del 76%.
Para mejorar estos datos, el experto aclara a que "nunca es demasiado tarde para hacerte una espirometría, ni demasiado pronto para dejar de fumar". La prueba a la que se refiere consiste en medir la capacidad de los pulmones para tomar y expulsar el aire y es indolora. "Los centros de salud deberían hacerlas de manera casi rutinaria, así se detectaría la enfermedad en un estadio precoz, que es lo que interesa", opina el responsable del servicio de Neumología del Hospital San Juan de Alicante y codirector del programa SeparPacientes, Eusebi Chiner. "La EPOC no solo puede sino que debe prevenirse", enfatiza. Y para hacerlo es cuestión de tener buenos hábitos.
Además del tabaco, la contaminación es otro de los factores que aumentan el riesgo de padecer EPOC. Los efectos negativos de los gases de tipo invernadero en nuestra salud tampoco son una novedad. La polución, como contamos en BuenaVida, constituye la causa ambiental más importante de enfermedad y muerte prematura en el mundo: "Se ha demostrado que la prevalencia de las enfermedades respiratorias, así como sus síntomas, aumentan si se vive cerca de una autopista o de una zona que tiene un gran tráfico de vehículos", subraya Chiner.
Aislarnos de este problema viviendo en las ciudades no parece fácil, pero los expertos también aportan algunas recomendaciones a este respecto, por ejemplo, "no hacer ejercicio al aire libre cuando haya avisos de altos niveles de contaminación", apunta Chiner. Lo que no quiere decir, en ningún caso, que haya que dejar de realizar actividades físicas.
"Decir que el ejercicio previene la EPOC sería un poco atrevido, aunque es verdad que se ha visto que caminar diariamente al menos una hora fuera de casa es bueno y que los resultados son casi equivalentes a algunos programas de rehabilitación respiratoria", continúa Chiner. El neumólogo también señala que hay colectivos que consiguen remontar sus niveles de salud de manera sorprendente, como los aficionados a deportes como el remo. Puestos a ponderar, la comunidad científica lo tiene claro: los beneficios del deporte superan con creces los perjuicios del aire contaminado de las ciudades.