FUENTE: La Razón
Dos de cada diez adolescentes son obesos en la actualidad. Este dato debería ser, ya de por sí suficientemente preocupante. Sin embargo, lo que más alarma a los especialistas es su notable aumento en los últimos años. Hasta el punto de que la obesidad infanto-juvenil se ha considerado en los últimos años como la epidemia del siglo XXI. «Ello es debido a su incremento progresivo y exponencial en las últimas décadas asociado a los cambios dietéticos así como al sedentarismo que más ha afectado a este grupo poblacional», explica Almudena Navarro, endocrinóloga de la Unidad de Pediatría Integral y de la Unidad de Obesidad del Adolescente de Quironsalud Valencia. De hecho, como señala el doctor Carlos Sala, cirujano bariátrico y jefe de dicha Unidad, «la cifra de adolescentes obesos se ha duplicado desde la década de los 80 y con ella el número de enfermedades asociadas que presentan estos jóvenes».
Y ése es el problema fundamental. Porque el exceso de peso presenta múltiples comorbilidades, «más aún cuando se inician en la edad pediátrica. Cuanto más pronto se inicia la obesidad, más temprano suelen aparecer las patologías secundarias a ella. Entre ellas destaca la presencia de insulino-resistencia que puede derivar en diabetes tipo 2, la hipertensión arterial e hiperlipemia», explica la doctora Navarro. Además, añade el doctor Sala, el adolescente obeso presenta un riesgo de mortalidad cardiovascular entre tres a cinco veces mayor cuando llega a los 50 años; en la diabetes tipo 2 del adolescente obeso las células beta del páncreas se consumen cuatro veces más rápido que en un adulto, lo que ocasiona lesiones en el riñón, en la retina y en los nervios periféricos de forma más precoz a los cinco años de su inicio. Cabe destacar queun tercio de los adolescentes obesos presentan síndrome de apnea del sueño y un mayor del riesgo de sufrir un cáncer de colon, mama, ovario, etc. en la edad adulta joven.
Para tratar de poner remedio a esta situación, el hospital Quirónsalud Valencia ha puesto en marcha la primera Unidad de la Obesidad del Adolescente de la sanidad privada valenciana. La Unidad cuenta con doctores especializados en obesidad en la infancia y adolescencia y engloba a expertos en Pediatría, Nutrición, Psicología, Endocrinología, Ciencias del Deporte y Cirugía Bariátrica y metabólica con el objetivo de dar una respuesta eficaz al reto de la obesidad en la infancia y la adolescencia en todos sus grados, así como resolver las graves enfermedades asociadas al sobrepeso y mejorar la calidad de vida del adolescente.
Gracias al equipo multidisciplinar que compone esta nueva unidad, el adolescente obeso es tratado con el objetivo de reconducir al adolescente hacía unos nuevos hábitos saludables en lo que a nutrición y actividad física diaria se refiere. «El primer objetivo y más importante es el cambio de hábitos por unos más saludables en cuanto a la dieta (más frutas, verduras y dieta mediterránea, y menos bebidas edulcoradas, bollería y comida preparada) y en cuanto al ejercicio, que debe practicarse de forma regular. Ésta es la base del éxito a largo plazo, ya que si no se cambian los hábitos es posible recaer y volver a ganar peso a largo plazo», confirma el doctor Sala. No obstante este primer abordaje no siempre tiene éxito. Por eso, tras un periodo de seis a doce meses se evaluará la respuesta en cuanto a pérdida de peso y remisión de enfermedades asociadas, pudiendo indicarse el tratamiento quirúrgico en los casos insatisfactorios.
Abordaje quirúrgico
Los adolescentes que, transcurrido ese periodo, no han logrado alcanzar la pérdida de peso óptima deberían recurrir a la cirugía. La Sociedad Americana de Cirugía Bariátrica y Metabólica, recomienda su realización en pacientes adolescentes obesos con índice de masa corporal superior a 35 o que se encuentren un 120% por encima del percentil 95 y que además sufran comorbilidades como diabetes tipo 2, hígado graso, apnea del sueño, hipertensión, etc.
«En el caso de fracaso, o pérdida insuficiente de peso, o no mejoría de las comorbilidades (diabetes tipo 2, hipertensión o dislipemia) en grado suficiente, valoramos la posibilidad del tratamiento quirúrgico, siempre mínimamente invasivo y con máxima seguridad para el paciente. Los pacientes que inicialmente presentan mayor grado de obesidad y/o comorbilidades severas son seguros candidatos al tratamiento quirúrgico, que consigue remitir las patologías asociadas haciendo perder el exceso de peso y facilitando el cambio de hábitos. La gastrectomía vertical laparoscópica es la técnica más recomendada en estos casos, con una estancia postoperatoria de 48 h y reincorporación a la vida habitual en menos de diez días», asevera Sala.