FUENTE: El País
De acuerdo a su nombre, cualquiera diría que es la sensación de fiesta total, la que cualquiera que estuviera en pleno auge durante una noche de farra ha sentido alguna vez.. O la que inunda el motor del cuerpo hurmano cada Navidad, durante la sucesión de comidas, cenas y ágapes que convierten las noches más largas del año en unas de las más brillantes. Pero nada más lejos de la realidad. La medicina es muy ambigua en este caso, pues el síndrome del corazón festivo se refiere al aumento de problemas cardiovasculares que se registra después de los días de fiesta, de jornadas como las que nos ocupan hasta Reyes.
El término fue acuñado en 1978 por el investigador Philip Ettinger y su equipo del CMDNJ-New Jersey Medical School (EE UU) cuando, tras estudiar los casos admitidos en 32 hospitales distintos, se dieron cuenta de que, tras una serie de días libres, aumentaba la cantidad de pacientes que llegaba con problemas cardiovasculares al médico. La causa: el aumento del consumo de alcohol durante las fiestas.
"Los episodios aparecían después de las juergas de fines de semana o de las festividades", apuntaron los expertos, quienes añadieron que los problemas normalmente se daban entre el domingo y el martes (cuando el aumento de consumo de alcohol se daba en fin de semana) y durante los últimos días del año por las fiestas navideñas.
No es el único trabajo que ha tratado este síndrome. 34 años después, expertos de la Universidad de Coímbra (Portugal) realizaron una revisión de las investigaciones de Ettinger y concluyeron que, efectivamente, el consumo de alcohol, lejos de tener beneficios para nuestra salud, "cumple un papel importante en la aparición de arritmias [un trastorno de la frecuencia o del ritmo cardiaco, que se puede manifestar con síntomas como agitación en el pecho, aceleración de los latidos, dolor, dificultad para respirar, aturdimiento, sudación y desmayos]".
El mayor riesgo ocurre durante las fiestas de Navidad y nochevieja, concluye otro estudio, realizado por expertos de distintas universidades suecas y publicado durante este mes en The British Medical Journal. En este caso, los investigadores revisaron 16 años de registros de pacientes con problemas coronarios y descubrieron que el día del año en el que hay más admisiones por problemas cardiacos relacionados con el alcohol es el de nochebuena, como los infartos de miocardio. También aumentan los días 25 y 26 de diciembre, y el 1 de enero, según la Fundación Española del Corazón (FEC).
Después de las celebraciones de finales de año, las vacaciones veraniegas son el segundo momento en el que más personas tienen este riesgo, dice el estudio sueco y la Fundación Española del Corazón también apunta en esta dirección: "La ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar una aceleración del ritmo cardiaco".
"El alcohol actúa como un tóxico en nuestro corazón. Así, el consumo de altas cantidades de esta sustancia y en un periodo corto de tiempo (una fiesta, por ejemplo) libera adrenalina y noradrenalina, dos hormonas que provocan una aceleración del ritmo cardiaco", explicó el cardiólogo y miembro de la FEC, Miguel Ángel García-Fernández.
Desde la Fundación Española del Corazón recomiendan sencillas pautas y hábitos de vida saludables para luchar contra el síndrome del corazón festivo:
- Evitar el consumo brusco y excesivo de alcohol
- No fumar
- Evitar el consumo de alimentos grasos y comidas copiosas
- Practicar deporte y mantener una hidratación adecuada.