FUENTE: ABC
Jazmín Zambrano tiene 37 años, nació en Ecuador y cada día, a media mañana, se arregla y coge el metro para ir a su trabajo como dependienta en una frutería de Barcelona. Ella podría ser una española más, pero no es así. Jazmín es una mujer en cuyas venas corre una preciada «sangre de oro» que la hace única. Solo hay doce personas (localizadas) en el mundo que, al igual que Jazmín, sean del grupo sanguíneo Rh-null.
¿Cuál es su peculiaridad? Tener una sangre que es un comodín rojo que puede salvar las vidas de miles de personas aunque las personas de este grupo solo puedan recibir transfusiones de su propio cuerpo, o de los otros doce «hermanos» que la providencia ha dispersado por el planeta caprichosamente. Al igual que muchos otros portadores de la «sangre de oro», Zambrano —que lleva más de tres lustros en España— descubrió su extraña situación por casualidad.
«Hace dos años fui a donar sangre, fue entonces cuando encontraron que tenía uno de los grupos sanguíneos más raros y buscados», explica la joven a ABC mientras se prepara con prisas para llegar a tiempo al trabajo. ¿Porqué es tan extraño y útil el grupo Rh-null? La respuesta se encuentra en la composición de sus glóbulos rojos, que transportan el oxígeno en la sangre. En la superficie de estos glóbulos hay centenares de moléculas conocidas como antígenos que en realidad corresponden a lo que conocemos como los grupos sanguíneos. En función de las moléculas que tiene cada individuo así será su repertorio de grupos sanguíneos. En total hay 36 sistemas de grupos sanguíneos, y cada sistema está constituido por uno o múltiples antígenos. El sistema Rh es uno de los más importantes, especialmente para la transfusión sanguínea, pues incluye el grupo Rh-D que puede ser positivo o negativo y que hay que respetar para realizar una transfusión.
Sin embargo, a las personas Rh-null les faltan todos los antígenos propios del sistema Rh. Eso es lo que hace a Jazmín Zambrano una paciente «excepcional». Su sangre es compatible con la de muchas personas, por lo que su capacidad para salvar vidas está fuera de la norma. A pesar de ello, los médicos rara vez la usan, y la reservan para pacientes que, como Jazmín, sean de grup Rh-null, ya que su rareza hace prácticamente imposible la reposición de la sangre gastada.
«Esto es como una lotería, hay ventajas para la ciencia, pero también algunos problemas para mí. Realmente, tengo que ir con mucho cuidado y asegurarme de que mi entorno lo tenga muy presente por si algún día me pasa algo», relata Zambrano mientras explica que su hijo no heredó sus características sanguíneas y que ella lleva siempre consigo un colgante que deja constancia de su particularidad médica.
Para asegurarse de que nada le pueda pasar a esta joven, el banco de sangre más próximo a su lugar de residencia la llama recurrentemente para pedirle donaciones, a las que ella acude con un compromiso encomiable -«Si puedo ayudar, ayudo», exclama-, asimismo, tienen bolsas congeladas con su nombre y deben pedir su autorización antes de que estas sean utilizadas con cualquier otro paciente.
Las leyendas y supersticiones alrededor de este y otros grupos sanguíneos extraños son muchas y variopintas. En Japón existe una rica y pintoresca tradición que clasifica la personalidad de cada individuo en función del tipo de sangre que se tenga. Además, allí los dirigentes políticos ven conveniente revelar su grupo al electorado mientras que algunas grandes compañías niponas organizan sus plantillas en función del tipo de sangre que tienen sus empleados. Incluso algunos entrenadores lo utilizan para sus estrategias. Prueba de ello es el caso del equipo de softbol que ganó oro en Pekín 2008 usando los grupos sanguíneos para determinar el entrenamiento adecuado para cada jugador. Por su parte, algunas publicaciones de tendencia ocultista han especulado con supuestos casos en los que investigadores eludieron el anonimato de los donantes más «raros» para tratar de obtener sangre para sus estudios de forma irregular. Auténticos capítulos de «vampirismo científico» imposibles en España, según especialistas consultados por este diario.
Lejos de este submundo de creencias y prácticas extrañas está el caso de España. Aquí está en marcha, desde hace décadas, uno de los mejores y más eficientes sistemas de bancos de sangre del mundo. En total hay cuatro instituciones que se coordinan para alimentar las reservas de sangre y tejidos de los hospitales del país. También impulsan la donación con campañas en las calles y empresas mientras trabajan para localizar nuevos grupos «raros» con los que responder a los llamamientos internacionales, siempre coordinados por la Organización Mundial de la Salud y el banco de Sangre de Bristol (Reino Unido), uno de los referentes internacionales en este campo. «El porcentaje de personas que se escapan de los grupos mayoritarios es pequeño, pero cuando encontramos a un paciente que necesita una sangre rara o muy rara nos ponemos en marcha de inmediato para encontrar la sangre que se necesita, ya sea en España o en cualquier sitio del mundo, hemos llegado a traerla de Japón», explica a este diario el director de inmunohematología del Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona, Eduard Muñiz.
Desde los laboratorios españoles también se han descubierto nuevos grupos que acaban llevando en su nomenclatura científica iniciales de apellidos españoles como López o Martínez. «No es una cosa de todos los días pero algunas veces hemos descubierto grupos nuevos gracias a casos en los que nos encontrábamos con incompatibilidades totales», apunta Muñiz.
Entre los retos que enfrentan hoy los bancos de sangre españoles también está la migración. Según explica el doctor, la llegada masiva de extranjeros en los últimas décadas ha sacudido al sector de las transfusiones. «Ahora estamos concentrados en la búsqueda de donantes de origen subsahariano. Nos vemos obligados a manejar y almacenar sangres que antes no eran necesarias», concluye Muñiz, motivado por el nuevo reto.