FUENTE: La Vanguardia
Cuatro de cada diez personas que llegan a urgencias tras sufrir un accidente de patinete eléctrico lo hacen por los golpes recibidos en la cabeza. Aunque la mayoría de casos no revisten gravedad, algunos causan hemorragias intracraneales que obligan a ingresar a los pacientes en la UCI.
Son resultados del primer estudio que ha analizado el tipo de lesiones sufridas en accidentes de patinete eléctrico. El estudio se ha realizado en el área metropolitana de Los Ángeles, donde nació el boom de los patinetes eléctricos en septiembre del 2017. Los autores del trabajo defienden los patinetes eléctricos para la movilidad urbana pero advierten que es urgente regular el uso de casco, la edad de los usuarios y también las vías por las que circulan.
Según los resultados presentados ayer en la publicación JAMA Network Open, 249 personas sufrieron lesiones lo bastante importantes para ser atendidas en urgencias de dos hospitales universitarios de Santa Mónica y Los Ángeles entre septiembre del 2017 y agosto del 2018. De ellas, una de cada tres llegó al hospital en ambulancia. En uno de cada doce casos, se realizó un TAC por la sospecha de una lesión grave. Además de las hemorragias intracraneales, los daños más graves incluyen fracturas de vértebras y lesiones internas en el tórax y en el abdomen.
El número de siniestros aumentó a lo largo de los doce meses del estudio, lo que refleja la creciente popularidad del patinete eléctrico y hace prever que el mismo tipo de accidentados llegarán a hospitales de otras ciudades.
En Barcelona, el hospital del Mar ha atendido en el último año a unas veinte personas que han sufrido accidentes de patinete eléctrico, según datos aportados por Joan Carles Monllau, jefe del servicio de traumatología. En Sant Pau, el único caso en los últimos tres meses ha sido el de una chica que no dominaba el vehículo y chocó contra una farola, informa Ferran Caballero, director del programa de politrauma de urgencias.
“Los usuarios de patinetes comparten las vías de tráfico con otros vehículos pero parecen subestimar los riesgos”, escriben los autores de la investigación, de la Universidad de California en Los Ángeles, en JAMA Network Open. “Es importante comprender los efectos del uso creciente de los patinetes eléctricos sobre la salud pública [para] guiar la toma de decisiones políticas sobre su utilización”.
El efecto sobre la salud que más preocupa a los investigadores son los golpes en la cabeza. Los patinetes que circulan en el área de Los Ángeles alcanzan una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora, suficiente para causar daños graves en el cerebro en caso de impacto.
Un 40,2% de las personas atendidas lo fueron a causa de los golpes que recibieron en la cabeza. Este porcentaje no incluye los traumatismos en la cara, que afectaron a un 5,6% de los accidentados.
En cinco personas el golpe causó una hemorragia intracraneal, lo que representa un 2,2% de todos los casos atendidos en urgencias. Ninguna de estas cinco personas llevaba casco.
De los 249 pacientes atendidos en los doce meses del estudio, dos fueron trasladados a la UCI después de pasar por urgencias y otros 13 permanecieron ingresados en el hospital.
Los investigadores completaron el estudio contando, a lo largo de una semana, cuántos usuarios de patinetes eléctricos llevaban casco en las calles próximas a sus hospitales. Calcularon que un 94% circulaba sin casco.
“El uso de vehículos de dos ruedas, mucho de los cuales ahora son eléctricos, ha venido para quedarse y aumentará en el futuro”, sostiene Frederick Rivara, especialista en medicina preventiva de la Universidad de Washington en Seattle, en otro artículo publicado en JAMA Network Open. “Las compañías que los alquilan deben ofrecer cascos apropiados. No hacerlo equivale a que una compañía de alquiler de coches los ofrezca sin cinturones de seguridad”.
Pero en estos momento, advierte Rivara, no hay cascos adecuados para este uso. Los de bici no están homologados para vehículos eléctricos y pocos usuarios de patinete encontrarán apropiado un casco de moto. Las autoridades reguladoras, concluye, deberán aprobar una normativa específica para cascos de bicicletas y patinetes eléctricos.