FUENTE: La Razón
Aunque los expertos aún no se atreven a pronunciar la palabra «curación» lo cierto es esta posibilidad parece estar cada vez más cerca en el VIH. Y es que hoy se ha dado a conocer el caso de una persona portadora de esta enfermedad que lleva 18 meses en remisión del virus, a pesar de no tomar tratamiento antirretroviral, tras someterse a un trasplante de células madre para tratar un linfoma.
Se trata del segundo ya en el mundo, después del denominado 'Paciente de Berlín' en 2009. Desde entonces, en todas las ocasiones en las que se había retirado el tratamiento tras un trasplante, el virus había rebotado antes del año. En esta ocasión el paciente era portador del VIH desde 2003 y en 2012 se le detectó un linfoma de Hodgkin por el que se sometió a un trasplante de células madre en 2016. Las células del donante tenían una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, los linfocitos T CD4. Al cabo de 16 meses, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y hoy en día, 18 meses después, el virus permanece indetectable en su sangre.
«La principal conclusión que extraemos de toda esta información -señala Javier Martínez-Picado, investigador ICREA en IrsiCaixa, colíder del consorcio IciStem y coautor del estudio– es que el Paciente de Berlín no fue simplemente una anécdota y es posible conseguir una remisión total del virus». «Aun así, no queremos hablar aún de cura, pero más de un año sin rebote viral es algo que no se había visto desde el Paciente de Berlín, por lo que nuestra visión es muy optimista», añade. El trabajo, que se publica hoy en la revista «Nature», y ha sido liderado por el University College de Londres en el marco del consorcio internacional IciStem, ha contado con participación española al ser coordinado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa (Barcelona), además del University Medical Center de Utrecht (Holanda). Lo resultados serán presentados hoy también en la Conference of Retrovirus and Opportunistic Infections (CROI), en Seattle (EE UU).
«En este trabajo hemos analizado el nivel de VIH en plasma mediante las técnicas más sensibles, y es indetectable en todos los casos», explica Maria Salgado, investigadora de IrsiCaixa y coautora del estudio. En el año 2014 se reportó el caso del Paciente de Essen, que recibió un trasplante con la mutación CCR5 Delta32 pero cuando interrumpió el tratamiento antirretroviral el VIH experimentó un rápido rebote. Y en otros tres casos de trasplante de células madre, que no presentaban la mutación CCR5 Delta 32, el virus rebotó a las 12, 32 y 41 semanas, respectivamente.
Diferencias y similitudes con el ‘Paciente de Berlín’
El trabajo de «Nature» destaca diferencias con el Paciente de Berlín. Mientras que las células originales de este último ya presentaban parcialmente la mutación CCR5 Delta 32, el paciente actual no la tenía originalmente. Además, el caso de «Nature» recibió una terapia pre-trasplante mucho menos agresiva y un único trasplante, cuando el Paciente de Berlín se sometió a dos intervenciones consecutivas. Esto demuestra, según los investigadores, que se puede conseguir la remisión aun sin tener una mutación previa en el receptor y mediante tratamientos mucho menos agresivos para el paciente.
Sin embargo, también existen coincidencias entre ambos pacientes. Los dos recibieron un trasplante con la mutación CCR5 Delta 32, presentaron un transitorio síndrome de injerto contra huésped (una situación habitual tras el trasplante, en el que las células del donante atacan a las células del receptor) y consiguieron un reemplazo total en sangre periférica de las células del receptor por las del donante. Un estudio previo liderado por IrsiCaixa, publicado en octubre pasado en la revista «Annals of Internal Medicine» y realizado también en el marco de IciStem, ya apuntó que estos otros factores, además de la mutación CCR5 Delta 32, podían ser decisivos para conseguir la remisión del virus. «El estudio detallado de estos otros mecanismos podría permitir su aplicación, mediante terapias menos invasivas que un trasplante de un donante, apersonas con VIH que no sufran un trastorno hematológico, por lo que serían escalables a una gran mayoría de la población VIH+», señala Salgado.
Objetivo: el reservorio viral
Por su parte, Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa señala la importancia de un trabajo que arroja nuevos datos sobre cómo eliminar el reservorio viral, el principal causante de que el VIH no se pueda erradicar: «Demostrar que se reducen progresivamente estos escondites del virus en el organismo será crucial para confirmar que estamos aplicando las estrategias correctas para la curación», explica. «En IrsiCaixa trabajamos en la combinación de una vacuna terapéutica con reactivadores de la latencia viral y con anticuerpos e inmunoglobulinas ampliamente neutralizantes de los distintos tipos de virus. En el modelo animal se han observado evidencias de que estamos en el buen camino, y el conocimiento generado por casos como el publicado en "Nature" tendrá una importancia capital para dinamizar esta investigación», concluye el experto.