FUENTE: La Vanguardia
En el hospital Clínic de Barcelona desde hace algún tiempo las unidades de cuidados intensivos, las UCI, incorporan programas de iluminación domótica que intentan reproducir cómo cambia la luz del día en función de las horas. Lo mismo ocurre en otros centros, como el hospital infantil Sant Joan de Déu. Se enmarca en la nueva tendencia hacia UCI más humanizadas.
“Intentamos disminuir así la desorientación que sienten los pacientes cuando están ingresados, pero también respetar su ritmo circadiano, que duerman por la noche y que estén activos durante el día, porque eso sabemos que repercute sobre su salud global”, explica Pedro Castro, médico del área de vigilancia intensiva del Clínic. “Cuando el ritmo circadiano está alterado, puede influir en la respuesta del sistema inmunitario o en la segregación de hormonas y eso, a su vez, en la recuperación del paciente”, afirma.
El Clínic regula la luz de la UCI según la hora del día y la ajusta al reloj biológico de los pacientes
El funcionamiento del cuerpo humano, así como el de las plantas y otros animales, está regulado por un reloj biológico interno llamado ritmo circadiano que está sincronizado con los ciclos de noche y de día. Está formado por neuronas del núcleo supraquiasmático, ubicado en la base del cerebro, que reciben información directamente de las células encargadas de captar la luz en la retina. Pero también se ha visto que las células, tejidos y órganos también se rigen por relojes biológicos propios, que se coordinan con el central.
24 horas en la vida del cuerpo humano (Raúl Camañas)
Ese ritmo circadiano principal, cuyo descubrimiento fue reconocido con el premio Nobel de Medicina en el 2017, se encarga de regular funciones críticas del organismo como el sueño, la temperatura corporal, el metabolismo o la secreción de hormonas. También la respuesta inmunitaria: estudios recientes han observado que el momento del día puede afectar a la gravedad de diferentes enfermedades y sus síntomas, desde las alergias hasta un infarto de miocardio.
Los infartos son más frecuentes y más graves de madrugada y a primera hora de la mañana que en otros momentosInfartos de madrugada
“Si entendiéramos mejor esa relación entre momento del día y actividad de las células de defensa, podríamos optimizar el sistema inmunitario para recuperarnos antes de una enfermedad, o administrar tratamientos a una hora concreta para mejorar su eficacia, o evitar efectos secundarios, como en el caso de las vacunas o de la quimioterapia”, añade este investigador.
En el artículo se examina la relación entre los patrones de comportamiento de las células inmunitarias y la hora del día en condiciones normales, de inflamación y de enfermedad. Y se ve que, por ejemplo, la severidad de los síntomas de las alergias, que se producen por un error del sistema de defensa que confunde algo inofensivo con un patógeno, dependen del reloj biológico de las células inmunitarias. Los linfocitos segregan moléculas para atacar los patógenos, algunas de las cuales producen inflamación en los tejidos afectados, lo que ayuda a combatir las infecciones, pero también contribuye a empeorar los síntomas de las alergias. La punta de actividad de la inflamación se produce a partir de medianoche y hasta la madrugada, cuando nos sentimos peor; luego a media tarde se reduce, por lo que no es infrecuente notar mejora a esas horas.
Las vacunas o las terapias del cáncer se podrían ajustar a una franja horaria si se demuestra que así aumenta su eficacia
También los infartos de miocardio están relacionados con el ritmo circadiano del sistema inmunitario. Son más frecuentes de madrugada o a primera hora de la mañana y, además, algunos estudios sugieren que son de más gravedad los que se producen en esos momentos.
El reloj biológico del organismo también podría condicionar la eficacia de los tratamientos. Los investigadores de la Universidad de Ginebra hallan cierta evidencia de que las vacunas podrían ser más efectivas si se administraran por la mañana. Al parecer, generarían más anticuerpos. Para Antoni Trilla, médico epidemiólogo del Clínic e investigador del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona, “la evidencia no es del todo clara, aunque podría ser una posibilidad”.
¿Y en cáncer? Scheiermann y sus colegas recogen los resultados de algunos estudios con animales que apuntan que tal vez se podría mejorar la eficacia de la quimioterapia si se aplicara por la mañana. No obstante, la mayoría de fármacos utilizados tienen vidas medias en el cuerpo humano que superan los ciclos de 24 horas.
“Casi el 95% de los resultados obtenidos en laboratorio con animales de experimentación no son trasladables a los humanos”, advierte Guillem Argilés, oncólogo clínico del grupo de tumores gastrointestinales del VHIO y médico oncólogo del hospital Vall d’Hebron. “Por el momento no podemos modular el tratamiento, aunque sería muy interesante, porque podríamos aumentar la eficacia del medicamento y también reducir su toxicidad”, añade.
“También en radioterapia ahora hay algún estudio que parece que apunta que pueda haber alguna diferencia en función del horario, pero por el momento es muy preliminar. Son pequeñas pistas que nos pueden llevar a investigar más en cronoterapias”, añade Margarita García, jefa de investigación clínica del Institut Català d’Oncologia (ICO).