FUENTE: ABC
Un consumo elevado de lácteos se asocia con una disminución del 20% del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. En el caso de la leche (entera, desnatada y semidesnatada), una ingesta alta se relacionó con un 18% menos de riesgo de desarrollar este tipo de cáncer en cualquier de las localizaciones anatómicas, incluyendo el colon y el recto.
Es la conclusión de una revisión sistemática y metanálisis (uno de los diseños de estudios con un mayor nivel de evidencia científica) llevada a cabo por investigadores del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili y IISPV. Las conclusiones se han publicado en « Advances in Nutrition».
Después de analizar 29 artículos (15 estudios de cohortes poblacionales y 14 estudios casos y controles) que incluyen más de 22.000 casos de cáncer colorrectal, los investigadores del CIBEROBN han concluido que, en comparación con un consumo bajo, el consumo más elevado de lácteos se asocia a una disminución del 20% del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
En comparación con los individuos que consumen menos leche desnatada, aquellos que más consumían, tenían un menor riesgo de desarrollar cáncer de colon, y el consumo de queso se relacionó con menos riesgo de desarrollar cáncer de colon proximal.
Por otro lado, no se detectó un incremento o disminución del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en relación con el consumo de otros subtipos de lácteos, como el yogur o la leche fermentada. Tampoco se observó que los lácteos con un mayor contenido en grasa, como la leche o el yogur enteros, se asociaran con un incremento del riesgo de sufrir cáncer colorrectal.
El calcio contenido en los lácteos, que aportan la mayor parte del calcio de la dieta, ha sido uno de los potenciales mecanismos que explicarían este menor riesgo de sufrir cáncer colorrectal. Se ha sugerido que el calcio podría ejercer efectos antitumorales mediante diferentes mecanismos. Además, otros componentes naturalmente presentes en los lácteos como el ácido butírico, la lactoferrina, el ácido linoleico conjugado y la vitamina D en los lácteos fortificados también podrían tener un efecto protector.
Según los investigadores de este estudio, si bien estos resultados muestran que la leche desnatada se asocia a un menor riesgo de cáncer colorrectal, los resultados no muestran un riesgo derivado del consumo de lácteos enteros. Por lo tanto, no hay motivo para desaconsejarlos.
A pesar de que se necesitan más estudios en este ámbito, debido a los beneficios observados del consumo de los lácteos, parecería razonable promover el consumo de leche, según los expertos.