FUENTE: ABC
Dejar de fumar tiene un beneficio inmediato, incluso en los fumadores empedernidos, pero el cuerpo necesita al menos entre 5 y 10 años, y en algunos casos hasta 25, para que el riesgo cardiovascular sea tan bajo como el de una persona que nunca ha probado un cigarrillo.
Así lo asegura un estudio publicado este martes en la revista «Journal of the American Medical Association» ( JAMA), que revela que los grandes fumadores (aquellos que han fumado al menos un paquete diario durante 20 años) pueden reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en un 39% en los cinco años siguientes a dejar de fumar.
Pero para conseguir un riesgo al nivel de alquien que nunca haya fumado se necesita mucho más tiempo, un dato que choca con lo que se creía hasta ahora. «La calculadora de riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es utilizada actualmente por muchos médicos para ayudar a evaluar el riesgo en sus pacientes. Esta calculadora considera que el riesgo en exfumadores que lo dejaron hace 5 años es similar al de los que nunca fumaron, que es una duración de tiempo más corta que la que observamos nosotros», señala a ABC la autora principal del estudio, Meredith Duncan, que dirigió los análisis para la División de Medicina Cardiovascular del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.
El análisis utilizó datos prospectivos de 1954 a 2014 de 8.770 participantes: 3.805 de la cohorte original y 4.965 de la cohorte de descendientes, para determinar el efecto del tabaquismo y su abandono en el riesgo de ECV, que incluye infarto de miocardio, ictus, muerte por ECV y fallo cardíaco.
Los resultados variaron según el grupo analizado. Al agrupar las cohortes, observaron que lleva de 10 a 15 años que un gran ex fumador tenga un riesgo cardiovascular similar al de alguien que nunca ha fumado. Pero si el análisis se hacía en las cohortes original y de descendientes, por separado, este curso de tiempo era de 5-10 años o más de 25 años desde el abandono del tabaquismo, respectivamente, detalla la autora principal.
«Creemos que los resultados variables probablemente se deban a una diferencia de edad promedio de 14 años al inicio (la cohorte original tenía una edad promedio de 50 años, mientras que era de 36 años en la cohorte de descendientes). Además, creemos que las tendencias temporales y la composición cambiante de los cigarrillos a lo largo del tiempo pueden haber contribuido a estas diferencias», explica Duncan a ABC.
La autora principal del estudio también ha querido destacar que no hay una cantidad segura para fumar, ya que incluso pequeñas cantidades de tabaco pueden ser perjudiciales para la salud. «Hay un beneficio inmenso al dejar de fumar. Observamos que los ex fumadores empedernidos redujeron su riesgo de enfermedad cardiovascular en un 39% dentro de los 5 años posteriores al abandono del hábito, en comparación con aquellos que continuban fumando. Por lo tanto, incluso entre los grandes fumadores, abogamos firmemente por dejar el hábito», aconseja Duncan.