FUENTE: 20 minutos
Septiembre es sinónimo de vuelta al trabajo y rutina. Pero en lugar de llegar con las fuerzas renovadas, algunas personas tienen que afrontar un estado de malestar no solo físico sino también psíquico. El cansancio, las molestias en el estómago, la fatiga y la falta de concentración se unen a una sensación de desinterés y tristeza que afecta al rendimiento laboral. Pero, ¿cuánto duran estos síntomas?
Según el informe El síndrome Postvacacional. Recomendaciones de los médicos de familia para facilitar la adaptación en los primeros días de trabajo emitido por la Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria (semFYC) "si el malestar no desaparece transcurridos los primeros 10 o 15 días, ya no podemos hablar de un síndrome postvacacional". Por lo tanto, dependiendo de la persona, la sintomatología de este síndrome puede durar solo unos días, una semana o hasta 15 días.
Además, como señala la semFYC "se trata de molestias pasajeras que desaparecerán espontáneamente y que no precisan ningún tipo de medicación".
No obstante, la sintomatología de este síndrome puede afectar a nuestro rendimiento y a nuestro bienestar. Por eso, desde la Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria (semFYC) hacen hincapié en que la clave está en prevenir que este síndrome aparezca. Algunos consejos que nos brindan son los siguientes:
Antes de volver al trabajo, 2 días antes como mínimo, hay que empezar a regular los horarios, sobre todo, de levantarse e ir a dormir. Esto servirá de periodo de adaptación.
Dormir más horas los primeros días de trabajo para combatir esa fatiga y cansancio producto del síndrome postvacacional.
Regular la intensidad del trabajo dedicándonos a organizar todo lo que hay que hacer durante los primeros días. Esto nos ayudará a tomar el control y adaptarnos de nuevo a la rutina.
Planificar actividades después de la jornada laboral como ir al cine, hacer ejercicio físico o dar un paseo. Las actividades de ocio harán más llevadera la vuelta a la rutina.
Evitar la queja
Uno de los errores que solemos cometer en nuestra reincorporación al trabajo es quejarnos de lo cansados y tristes que estamos por haber terminado nuestras vacaciones. Esto solo prolonga el síndrome postvacacional, aumenta las molestias y favorece que, como señala la semFYC, tengamos la sensación de que "las vacaciones son un estado absolutamente opuesto al periodo de trabajo, y por tanto uno de placer y otro de malestar y sufrimiento".
Por ello, es conveniente modificar esas quejas que podemos reproducir, porque las escuchamos a nuestro alrededor, por aspectos positivos de nuestro trabajo. Por ejemplo, la creatividad que nos permite desarrollar, los retos que nos ponen a prueba o las habilidades nuevas que adquirimos. Además de la satisfacción por haber cumplido con los plazos o haber hecho un buen trabajo.
Para concluir, como bien hemos visto el síndrome postvacacional no debe durar más de 15 días. Si se prolonga más tiempo es necesario contactar con un psicólogo. Con todo, implantar las medidas de prevención y tomar los días previos al inicio de la jornada laboral como periodo de adaptación es muy importante. De esta manera, reduciremos el malestar que nos puede provocar la vuelta a la rutina.