FUENTE: Correo Farmacéutico
Los balances de situación y ganancias-pérdidas son fundamentales para saber el rumbo y el futuro de la oficina de farmacia, en especial porque el conocimiento y corrección de sus datos fijan, por ejemplo, el valor a la hora de vender el negocio o pedir un préstamo para su pervivencia o mejora, según se puso de manifiesto en el curso Gestión financiera de las oficinas de farmacia, organizado por Asefarma y el COF de Valencia.
Según señala Aroa Jiménez, asesora contable de Asefarma y profesora del módulo sobre balances, el de situación “nos muestra lo que está sucediendo en la empresa a partir de la información contable” en aspectos importantes como la liquidez, la solvencia, el nivel de endeudamiento, entre otros. En especial, hay que prestar atención a diversas partidas.
Por un lado, el inmovilizado y su amortización acumulada: “Los bienes de inversión, tanto los adquiridos por la compra inicial de la farmacia como los adquiridos posteriormente en el día a día del negocio, se deben de dar de alta contablemente y reflejar la depreciación del mismo en dicho balance. Esta información, nos adelanta la valoración contable que tienen dichos bienes de cara a una posible venta, cuál es el precio de adquisición real una vez deducidas las amortizaciones”, señala. Otra partida fundamental son las existencias, ya que el saldo de dicha cuenta refleja el volumen de stock que tiene la empresa “y si dicho importe es óptimo en función de las ventas”.
Jiménez incide en que “un exceso de stock puede ser un problema, descontrolamos las caducidades y perdemos beneficio”. De igual manera, el balance nos informa sobre las deudas que tiene la empresa, algo especialmente importante porque visualiza “qué financiación ajena tiene la farmacia, qué deudas tiene con proveedores y acreedores y si con las mismas, la empresa aún tiene beneficios y, por tanto, el negocio es rentable”. En segundo lugar, el balance de pérdidas y ganancias “refleja el beneficio que tiene la empresa a partir de la información contable de ingresos y gastos”.
Este documento es muy importante, y mediante ajustes al mismo, “obtenemos el rendimiento que tributará en el IRPF del farmacéutico”. Del balance se puede obtener mucha información relevante, márgenes brutos y netos, estructura del personal, importancia de cada gasto en el total de beneficio… “por eso, es un documento que, siempre que vayamos a pedir financiación a una entidad bancaria, nos lo van a solicitar y de su resultado va a depender que dicha financiación llegue a buen término”, apunta.
Aciertos y errores
Por la importancia de dichos documentos, hay que prestar atención en realizarlos correctamente, “ya que de la información que aportan va a depender nuestra futura venta, nuestra potencial financiación y si mantenemos unos márgenes medios acordes al sector”. De igual manera, como sucede con pérdidas y ganancias, de dicha información se puede obtener el rendimiento real que tiene la empresa, realizado ajustes sobre el resultado y así poder llevar un control de lo que ha generado la farmacia ese año, y donde se ha materializado dicho beneficio, es decir, “si el beneficio real se ha materializado en nueva inversión en el negocio, en una inversión personal o en un incremento de mis depósitos bancarios, entre otros”, comenta Jiménez. En cuanto a los errores fundamentales, muchos de los mismos se enfocan en la contabilidad. “Es fundamental que las operaciones estén bien contabilizadas, ya que en caso contrario se desvirtúan los balances y la información que facilitan no refleja la situación de la farmacia”.
Un ejemplo para apreciar la importancia de la contabilidad son los gastos, ya que la normativa exige, entre otros requisitos, su imputación contable para su deducibilidad. “Un error grave que nos encontramos es la ausencia de imputación de la amortización contable del Fondo de Comercio, gasto importantísimo para los farmacéuticos que compran farmacia. Si dicho gasto por amortización no está contabilizado, no es deducible. En el supuesto de una farmacia adquirida por un millón de euros, el gasto que deja de ser deducible sería de 50.000 euros, que al marginal máximo supone un pago de impuestos de unos 22.750 euros….simplemente por no haberlo reflejado”, destaca
Además, ante una revisión de Hacienda, siempre solicitan aportar, para justificar las partidas que determinan el rendimiento de la actividad declarado en el IRPF, la propia contabilidad reflejada en los libros registro de IRPF. “Ante la ausencia de dicha contabilidad, el farmacéutico se enfrenta a un posible expediente sancionador por el incumplimiento de la obligación de llevanza de la contabilidad o de los libros o registros establecidos por la normativa tributaria”, enfatiza la asesora contable.