Los niños y adolescentes realizan múltiples tareas durante el día. Conseguir que su dieta sea sana y saludable con todos los nutrientes necesarios para cubrir estas actividades es fundamental.

FUENTE: EFE Salud

La obesidad infantil es un problema grave de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.

La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) indica como causa principal de la obesidad un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas. Esto se debe principalmente al consumo excesivo de alimentos con un elevado aporte calórico ricos en grasa, entre otros motivos.

La lucha contra la obesidad pasa por conseguir unos hábitos alimentarios saludables y luchar contra el sedentarismo.

Con el objetivo de concienciar a las familias, instituciones y colegios, la FEAD ha lanzado un decálogo de alimentación saludable en el que se incluyen algunas recomendaciones para conseguir una dieta sana.

  • Siempre hay que desayunar antes de ir a la escuela. Lo ideal es consumir alimentos que aporten la energía necesaria para poder cubrir todas las actividades que los niños y adolescentes llevan a cabo durante el día (sobre todo para estudiar). Leche, pan o cereales y fruta constituyen un buen desayuno.
  • A media mañana es saludable tomar un tentempié durante el recreo para mantener la energía necesaria. La FEAD recomienda un bocadillo, una pieza de fruta o frutos secos.
  • Es recomendable durante el almuerzo aprovechar los alimentos de temporada y frescos para que los niños y adolescentes puedan conseguir todos los nutrientes que estos les aportan.
  • Una comida que no hay que olvidar es la merienda. Un yogur, queso tierno, fruta, cereales o frutos secos son buenas opciones para merendar.
  • La fruta, una de las claves para la dieta sana.

Otro consejo que proponen desde la Fundación Española del Aparato Digestivo es consumir tres lácteos al día para que los huesos crezcan sanos. Las alternativas pasan por consumir yogures, queso o vasos de leche.

La fruta aporta fibra, ayuda a mantener un peso saludable para que los niños puedan jugar y desarrollar las tareas diarias, por lo que es muy recomendable incluirla en la dieta diaria.

Las comidas en familia son también una buena manera de relacionarse y compartir alimentos.

Por último, incluir el pan en las diferentes comidas (si es integral mejor) es necesario para una alimentación sana y equilibrada para los niños. El pan con aceite de oliva ayuda a mantener el corazón sano y fuerte.

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