FUENTE: ABC
Este año se conmemora el 40 aniversario de la declaración, por parte de la 33ª Asamblea Mundial de la Salud, de la erradicación de la viruela, una enfermedad contagiosa que afectó a millones de personas durante miles de años y que sólo en el siglo XX acabó con la vida de 300 millones de personas.
La Organización Mundial de Salud (OMS) celebró en diciembre el acto de apertura de un año de celebraciones a propósito de este triunfo de la ciencia biomédica, colocando una placa de bronce en su sede en Ginebra (Suiza) en la misma sala en la que, en 1979, los 19 miembros de la Comisión Mundial para la Certificación de la Erradicación de la Viruela corroboraron que la enfermedad había desaparecido en todo el mundo.
El éxito de la vacunación contra la viruela no es un caso aislado. Existen más de 40 vacunas desarrolladas contra 25 enfermedades que han logrado controlar los efectos de estas patologías.
Así, la incidencia global de la poliomelitis se ha reducido en un 99%, por lo que se considera al límite de la erradicación. La vacuna antitetánica, administrada para evitar el tétanos materno y neonatal e introducida en 103 países a finales de 2012, ha protegido frente a la enfermedad a cerca de un 81% de los recién nacidos.
Durante el periodo comprendido entre los años 2000 y 2012, la vacunación del sarampión ha evitado 13,8 millones de muertes. En 2012, cerca de 145 millones de niños fueron vacunados frente al sarampión, enfermedad cuya incidencia y mortalidad se han reducido respectivamente en un 77% y en un 78% desde el inicio del siglo XXI.
De acuerdo con las estimaciones de la OMS, en 2016 se había vacunado frente al rotavirus a más de 70 millones de niños de los 40 países con menor solvencia económica de todo el mundo.
En 2012, cerca de 145 millones de niños fueron vacunados frente al sarampión, enfermedad cuya incidencia y mortalidad se han reducido respectivamente en un 77% y en un 78% desde el inicio del siglo XXI.
El 85% de los tumores de cuello de útero provocados por el virus del papiloma humano (VPH) se producen en los países desarrollados. De acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, el uso masivo de las vacunas frente al VPH reduce en hasta un 84% el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix en un período de 4 años.
Y a todos estos avances debe sumarse la reducción de las tasas de morbilidad, discapacidad y mortalidad asociadas con distintas enfermedades como, entre otras, la difteria, la tosferina y la meningitis epidémica por meningococo de tipo A.
La razón del éxito de las vacunas se explica por su gran eficacia al prevenir enfermedades potencialmente mortales. Según datos de la OMS, estos productos biológicos evitan tres millones de muertes al año -60 por hora-, de las cuales 2,5 millones serían de niños.
En la actualidad, la industria biofarmacéutica innovadora trabaja en el desarrollo de más de 260 vacunas para distintas enfermedades, según un informe elaborado por la patronal estadounidense Phrma. En concreto, hay 137 proyectos enfocados a la lucha contra patologías infecciosas, 101 en cáncer, 10 para alergias, cuatro para enfermedades autoinmunes, cuatro sobre alzhéimer y cinco más en otras áreas.
El éxito de la inmunización es tal que la OMS cifra entre los tres principales riesgos de salud que sufre Europa en la actualidad, además de la obesidad y el tabaquismo, la insuficiente vacunación infantil, en buena parte causada por los padres que se niegan a inmunizar a sus hijos.
A la eficacia de las vacunas hay que sumar la eficiencia que generan, en la medida en que facilitan ahorros tanto para los sistemas sanitarios como para la economía de los países en general.