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El Grupo de Investigación sobre Melanoma de la Universidad Edith Cowan, en colaboración con la Facultad de Medicina de Harvard y los médicos de los hospitales de Australia Occidental, ha sido pionero en una nueva técnica para detectar células tumorales circulantes (CTC) que podría proporcionar una nueva vía para el diagnóstico y las terapias contra el cáncer, según publican en el 'British Journal of Cancer'.
Esta nueva forma de detectar las células de melanoma que circulan en la sangre tiene el potencial de mejorar significativamente la monitorización de los pacientes con cáncer y guiar el tratamiento futuro.
Este trabajo se basa en el éxito del Melanoma Research Group, que desarrolló el primer análisis de sangre del mundo capaz de detectar melanoma en sus primeras etapas.
El investigador principal, la profesora asociada Elin Gray, señala que este nuevo paso fue el primer estudio que describió exhaustivamente la inmensa diversidad encontrada en los CTC de melanoma. "Estos hallazgos preliminares son un primer paso hacia una nueva forma de detener la propagación del melanoma por todo el cuerpo", explica Gray.
"El cáncer se disemina por todo el cuerpo cuando los CTC se desprenden del tumor primario y viajan a través de la sangre para formar tumores secundarios (metástasis) en otros órganos -continúa-. Si podemos encontrar una manera de detectar de manera confiable estas células, entonces tenemos la oportunidad de detener el melanoma en su camino con una poderosa herramienta de diagnóstico y quizás oportunidades para terapias en el futuro".
Hasta ahora, los CTC de melanoma han demostrado ser increíblemente esquivos, con tasas de detección que varían enormemente del 40 al 87 por ciento.
La profesora añade ha explicado por qué los CTC han sido tan difíciles de encontrar. "Ahora entendemos que la detección de CTC no se puede resolver con un enfoque único -añade-. Existe una gran cantidad de variedad en la forma y la bioactividad de estos CTC, por lo que todos se ven diferentes y responden de manera diferente a las pruebas de ensayo".
"Para complicar aún más las cosas, los CTC de melanoma están ocultos entre miles de otras células y materia en la sangre -prosigue-. Dentro de un mililitro de sangre, a menudo hay menos de 10 células cancerosas entre mil millones de glóbulos rojos y un millón de glóbulos blancos. Es muy parecido a encontrar una aguja en un pajar".
Armados con una mejor comprensión de la complejidad de la tarea, los investigadores probaron un enfoque multifacético para detectar los CTC de melanoma. "Al combinar tres ensayos juntos, elevamos las tasas de detección al 72 por ciento, lo que fue un resultado significativamente más alto que usar una sola prueba", apunta Gray.
"Confiamos en que este enfoque es un movimiento hacia la detección confiable de CTC, pero ahora necesitamos ajustar el ensayo para incluir una mejor combinación para capturar el rango más amplio de CTC", apunta.
El ECU Melanoma Research Group ahora está trabajando con expertos en inteligencia artificial para acelerar la identificación de CTC.