FUENTE: 20 Minutos
A la primera regla se le llama menarquia y aparece entre los 10 y los 14 años (la edad media suele ser los 12 pero hay casos precoces con 8 e incluso se podría retrasar hasta los 16). La menstruación tiene una duración comprendida entre los tres y los siete días aunque durante los primeros meses tras su llegada es frecuente que el periodo sea irregular mientras el cuerpo madura y se adapta a ella (aproximadamente tardará uno o dos años después de la primera regla).
A pesar de que se la considera un momento vital en la existencia de toda adolescente o preadolescente - el llamado paso ‘de niña a mujer’-, a muchos padres se les hace cuesta arriba afrontar esta conversación con sus hijas. Ya sea porque durante muchas décadas se le ha considerado un tema tabú o ‘de mujeres’, por timidez, porque les da respeto o porque les estresa dar el paso, lo cierto es que en una sociedad moderna como la española todavía cuesta hablar de ella con total naturalidad.
Un hecho que corrobora una reciente encuesta elaborada en 2018 por la empresa de productos de higiene y salud femenina Intimina, que reveló que el 96,4% de las jóvenes de entre 18 y 25 años afirmaba sentir vergüenza al hablar de la menstruación y el 28% aseguraba no haber recibido ninguna información sobre ella antes de su llegada.
Aunque pensemos que las nuevas generaciones tienen más cantidad de información su alcance gracias a internet, lo cierto es que la llegada de la menstruación se vive con mucha más ansiedad, miedo y confusión de lo que debería. Por ello es de vital importancia que los progenitores tengan en cuenta que deben ser los primeros en brindar a las adolescentes su apoyo y en generarles la confianza suficiente para hablarles del tema con toda naturalidad. Estos son algunos consejos a tener en cuenta por los padres:
Anticiparse a su llegada
Se recomienda hablar desde edades bien tempranas, a partir de los 8 o 9 años, de los cambios físicos, hormonales y emocionales que están por venir y de la primera regla. De este manera se irán preparando para lo que llegará en unos años y lo asumirán con toda naturalidad. Las madres no deberían ‘esconderse’ cuando tengan el periodo. Dejar a la vista en el baño compresas, tampones o la copa menstrual y explicarles para qué sirven es una buena manera de introducirles el tema. Si las niñas saben que su mamá tiene la menstruación cada cierto tiempo, se evitará el miedo a lo desconocido ya que lo vivirán como algo esperable.
Compartir la experiencia
Tanto la mamá como otras mujeres de la familia (hermanas mayores, tías, abuelas...) pueden compartir sus propias experiencias con la niña. Esto le hará entender mejor que se trata de una función biológica normal por la que pasan todas las mujeres y que no tiene nada de lo que avergonzarse.
Ayudarle a resolver todas sus dudas
Hay que tener en cuenta que estas primeras conversaciones van a representar una novedad absoluta para las niñas que le generarán además muchas dudas, miedo o incomodidad. Una buena manera de introducirles el tema puede ser a través de la lectura de algún libro (al final de este artículo hemos añadido una selección) que puede dar pie a un diálogo posterior. Hay que transmitirles seguridad ante todas las dudas que tenga y si no se conocen las respuestas a algunas de sus preguntas, tampoco hay que agobiarse, sino buscar una fuente fiable y de confianza donde pueda ir a consultar.
Abordar todos los temas
No hay que limitarse a explicar los cambios que ocurrirán en su cuerpo y todo lo que sucede cuando una mujer tiene la menstruación. También se hace necesario charlar sobre la importancia de tener una buena higiene esos días para evitar infecciones o molestias y también de otros temas como la sexualidad, las enfermedades de transmisión sexual o las formas de evitar un embarazo no deseado. Estos temas, obviamente, se pueden ir tocando poco a poco y dependiendo de la edad de cada niña. Eso sí, no se deben abordar desde el temor o la amenaza. No se trata de inculcarles un 'ahora debes tener cuidado', sino de que lo entiendan como parte de lo qué sucede en su cuerpo y cómo funciona. Hay que respetar su intimidad e independencia.
Informarle sobre los productos a su alcance
Mostrarle a la niña todas las opciones que existen para la protección durante esos días: compresas, tampones, copas menstruales... Esta información potenciará su seguridad de cara a ese momento y podrá ir decidiendo cuál de estos productos le gusta más. Más adelante, cuando llegue el periodo, se le explicará cómo colocárselos. Puede ser conveniente que lleven una compresa o tampón en la mochila al instituto cuando se sospeche que cualquier día llegará la regla, convirtiéndolo en un método de protección con el que la adolescente se sienta más cómoda.
Transmitir siempre un mensaje positivo
Dejar claro a la niña que la menarquia es un paso normal en la vida de toda mujer con la que se logra la capacidad reproductiva. No transmitir aspectos negativos ni de rechazo, por ejemplo, que son días con dolor o problemáticos.
Ellos también cuentan
Aunque todos estos consejos sirven para ambos progenitores hay que recalcar que no se debe excluir al papá ni dejar que él mismo se autoexcluya con la excusa de que son ‘cosas de chicas’. Puede servir de mucho apoyo, reforzando, por ejemplo, las explicaciones de la madre. En el caso de ser padres de niños, también es importante hablar de la menstruación con ellos. Es necesario que conozcan y entiendan como normal lo que les sucede a sus madres, hermanas y/o futuras parejas.