El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MiCOF), Jaime Giner ha escrito un duro artículo de opinión, que se ha publicado en la página web colegial, en la que expone que los farmacéuticos se sienten “despreciados por la sanidad pública” a pesar de ser profesionales sanitarios “al pie del cañón” en la lucha contra el coranovirus.
Giner manifiesta su “malestar” y el de sus compañeros con la Administración “por ignorar constantemente a la profesión de Farmacia Comunitaria”, a pesar de que siempre que los organismos públicos requieren de su colaboración, siempre encuentran su “voluntad de servicio público que antepone el bien de la sociedad al nuestro propio”. A este respecto, el presidente colegial critica también que desde “ciertos entornos políticos se nos ensucie con pretendidas intenciones economicistas”.
El presidente del MiCOF explica que hace muchos días se pusieron a disposición de la administración y, pese a ello, aún no han “recibido ninguna instrucción ni comunicado oficial de la Conselleria de Sanidad sobre esta crisis sanitaria y eso que les hemos demandado reiteradamente un protocolo que establezca las medidas de protección, y prevención y organización para el ejercicio profesional en farmacia comunitaria y las pautas de actuación en casos de infección por COVID-19 dentro de una oficina de farmacia”.
Giner, que alaba la profesionalidad y actitud del resto de profesionales sanitarios, considera que con la participación de los farmacéuticos comunitarios podrían “aliviarles presión asistencial, y tanto ellos, como la sociedad podría estar mejor atendida y el sistema público menos colapsado y por tanto se podría gestionar mejor la difícil situación que estamos viviendo”.
Colaborar ante el colapso del SNS
A este respecto, considera que “es el momento de demostrar que la farmacia comunitaria es importante para el futuro de la sanidad pública, aunque seamos privados por necesidad, nuestra comunicación con atención primaria es necesaria y fundamental y en la situación actual, donde el sistema da atisbos de colapso y comienza a no poder atender a los ciudadanos en cuanto a síntomas menores, seguimiento de tratamientos”.
“El farmacéutico comunitario es pieza necesaria del sistema nacional de salud, colaborando transversalmente con el resto de profesionales en esto y mucho más”, explica Giner., No obstante, para este farmacéutico eso no es posible “con las condiciones actuales, y la desprotección a la que estamos sometidos, al no estar integrados en las instrucciones que reciben el resto de sanitarios, nos sentimos ninguneados, olvidados y despreciados por la Administración”.
Por todo ello, exigen a la administración que les “provea de Equipos de Protección individual al personal de la Oficina de Farmacia. También unos protocolos de actuación que nos den seguridad en nuestro trabajo a todo el personal adscrito a la oficina de farmacia, sin olvidarnos de los técnicos, para afrontar la crisis de coronavirus, y poder aportar seguridad a la sociedad”.
Dispensación de DH y seguimiento a pacientes
En este sentido, propone que se autorice a las farmacias a “realizar una dispensación excepcional mediante dispositivos de seguridad, cuando por características excepcionales se deba proteger al sanitario para mantener el servicio y que se nos dote de mayor capacidad de competencias en temas de asistencia y prescripción, cuando se dé el servicio en zonas deprimidas con población envejecida y donde no hay servicio sanitario excepto la farmacia comunitaria durante días enteros que no superan pocas horas a la semana”. Según pone de manifiesto, la farmacia comunitaria tiene “capacidad suficiente para poder colaborar en la dispensación de medicamentos de Diagnóstico Hospitalario (que se deberían dispensar en oficinas de farmacia como demuestran las últimas sentencias judiciales), para evitar que los pacientes tengan que ir al hospital a recogerlas y exponerse a contagios innecesarios”.
También reclama se les deje elaborar geles hidroalcohólicos en las oficinas de farmacias y que tengan garantías de suministro en los materiales y principios activos para su elaboración, “con un PVP establecido y regulado para poder contribuir en dotar a la población de medidas higiénicas oportunas para contener la transmisión del virus”. Además, recuerda que la farmacia tiene “capacidad para realizar un seguimiento de pacientes con patologías susceptibles de complicaciones antes la infección del coronavirus de forma registrada y reglada”.
Por todo ello, reclama de la Conselleria de Sanidad que dé el paso y cuente con la farmacia comunitaria. Ya que “la sociedad saldrá sanitariamente reforzada de esta crisis, si se cuenta con la integración de los farmacéuticos comunitarios”.
“El tiempo lo dirá, pero de lo que si estoy seguro es, de que nuestro colectivo saldrá reforzado porque somos profesionales, porque siempre estamos al lado del paciente y porque, aunque se nos ignoré, siempre hemos sido capaces de crecernos ante las adversidades, y anteponemos nuestra labor asistencial ante cualquier freno que nos ponga el sistema”.