El coronavirus provoca una ‘tormenta de citocinas’ que se asocia con la gravedad y el pronóstico de la enfermedad.

FUENTE: ABC

La Sociedad Española de Inmunología (SEI) ha puesto en marcha un estudio sobre la respuesta inmunitaria de los pacientes afectados por el SARS-Cov-2 para tener, cuanto antes, una imagen de la situación inmunológica de todos los pacientes analizados. De monumento, está en fase de recogida de datos -actualmente con más de 600 casos. En cuanto tengan los primeros resultados se notificarán al Ministerio de Sanidad, señala África González Fernández, Catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo y Presidenta de la SEI.

-Todo nos estamos haciendo la misma pregunta. Si una persona se ha infectado y ha desarrollado anticuerpos, ¿está protegida frente a nuevas infecciones?

Podríamos pensar que sí, sobre todo si tienen un tipo de anticuerpos que se llaman IgG. Sin embargo, los estudios para valorar la protección son muy complicados. Para estudiar la neutralización [capacidad del sistema inmune para bloquear la entrada del virus] se utilizan células en cultivo y se añade el virus, en presencia o no de anticuerpos -suero de una persona-. Estos ensayos son muy sofisticados porque hay que trabajar con el virus vivo y pocos laboratorios reúnen las condiciones de seguridad necesarias para hacerlo con garantías.

Además, no todos los anticuerpos que tiene una persona que se ha curado son neutralizantes, es decir, bloquean la entrada del virus. Se supone que cuantos más anticuerpos de tipo IgG puede haber más protección y, es posible que tener niveles altos de IgA, presente en las mucosas, lágrimas o vías respiratorias, sea un indicativo de mayor protección porque se ubica en la zona de entrada que usa el virus.

-A día de hoy ¿qué es lo que se sabe de los anticuerpos que han generado las personas que han superado el COVID-19?

Las personas pueden generar anticuerpos de tres tipos: IgM, que aparecen muy aproximadamente entre el 9º y el 10º día; anticuerpos IgG, aparecen más tardíamente, entre los días 15 y 21, pero que se mantienen mas tiempo, unos meses. De otros coronavirus sabemos que la protección no suele ser superior a un año. Pero estamos ante un virus nuevo y no hemos tenido recorrido de tiempo para saber más.

También hay anticuerpos IgA, que son los que aparecen en las mucosas intestinales, mas tardíamente. Estos son muy importantes porque bloquean el virus en su zona de entrada.

-¿Para qué estudiar los anticuerpos?

El estudio de los anticuerpos nos ayudará a definir bien el diagnóstico e identificar a los que verdaderamente son positivos. Porque una persona que tiene anticuerpos es que ha estado en contacto con el virus. Además, podemos hacer un estudio epidemiológico poblacional de cómo y en cuánto tiempo se han recuperado las personas infectadas.

Para manejar adecuadamente a los pacientes con COVID-19 es muy importante comprender la respuesta inmunológica alterada que subyace en la aparición de las manifestaciones clínicas muy graves que padecen un grupo significativo de pacientes

-El Ministerio ha presentado una encuesta de seroprevalencia. ¿Participan ustedes de alguna manera en él?

El ministerio ha comprado unos test de diagnóstico rápido -lateral flow- que podrían ser empleados en centros de salud, residencias y a un porcentaje de la población para ver la epidemiología, es decir, cuántos estuvieron en contacto con el virus y han desarrollado anticuerpos. Creemos que estos test hay que confirmarlos con otros de laboratorio, como ELISA y/ o quimioluminiscencia para poder confirmar y sobre todo hacer un estudio a los pacientes a nivel transversal, ya que no son tan sensibles y tampoco cuantifican.

-¿Qué utilidad tendrá conocer el estado inmunológico de las personas afectadas por el coronavirus?

Para manejar adecuadamente a los pacientes con COVID-19 es muy importante comprender la respuesta inmunológica alterada que subyace en la aparición de las manifestaciones clínicas muy graves que padecen un grupo significativo de pacientes. Sabemos que, especialmente en los casos más graves, se desencadena lo que se podría llamar una ‘tormenta de citocinas’ inducida por el SARS-CoV-2 que se asocia con la gravedad y el pronóstico de la enfermedad. Es decir, se genera una liberación de grandes cantidades de citocinas inflamatorias como la interleucina (IL)-6, IL-1b, TNF, IL-10, etc., que causa inflamación y provoca los síntomas más graves. Nosotros pensamos que algunas de estas citocinas, como la IL-6, podrían ser una buena diana terapéutica para los anticuerpos. De hecho, algunos hospitales ya están introduciendo el tratamiento experimental con anticuerpos en los pacientes más graves.

-¿Qué tipo de ensayos?

Se esta haciendo un ensayo multicéntrico en el que participan diferentes hospitales españoles y en el que se va a comparar pacientes tratados con antivirales con otros paciente tratados con antivirales más anticuerpos.

En este sentido, un estudio reciente realizado en China ha visto que uno de los anticuerpos monoclonales, en concreto Tocilizumab, que bloquea el receptor de la citocina IL-6, tiene una eficacia muy buena.

-¿Es necesario un año para aprobar la vacuna?

Hay dos maneras de fabricar las vacunas. Por el método tradicional, que se trabaja con el patógeno, o vivo atenuado o el patógeno muerto o con subunidades de estas vacunas o con proteínas recombinadas. Pero hay otras formas más recientes, con ingeniería genética que permiten trabajar con las secuencias de ADN o ARN introduciendo secuencias en virus que no producen la enfermedad. Este método para desarrollar vacunas es mucho mas rápido. Con patógenos conocidos, no se necesitan más de 6 meses.

Tenemos problemas con los virus que cambian mucho y que se contagian de manera rápida. Yo confío en los tratamientos

Pero estamos ante un virus nuevo y no sabemos si van a funcionar o si van a ser perjudiciales; hay que ser cuidadosos en todos los procedimientos. Es cierto que en situaciones de urgencia se agilizan mucho los procesos, pero no podemos pasar por alto la seguridad.

Además, conviene recordar que las vacunas diseñadas para otros coronavirus, SARS y MERS, no funcionaron bien. Tenemos problemas con los virus que cambian mucho y que se contagian de manera rápida. Yo confío en los tratamientos.

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