FUENTE: DiarioMedico
¿Queremos evitar un rebrote de la pandemia y reactivar con éxito la economía? El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su rueda de prensa sobre la Covid-19 del pasado 16 de marzo de 2020 nos dio la receta: “La forma más eficaz de prevenir las infecciones y salvar vidas es cortar las cadenas de transmisión. Y para lograrlo hay que hacer pruebas y aislar. No se puede combatir un incendio con los ojos vendados. Y no podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está infectado. Tenemos un mensaje muy sencillo para todos los países: pruebas, pruebas, pruebas. Hay que hacer pruebas a todos los casos sospechosos. Si dan positivo, hay que aislarlos y averiguar con quién han mantenido contacto cercano durante los dos días previos al desarrollo de los síntomas, y hacer pruebas también a esas personas”. Reactivar la economía plantea dos retos: minimizar enfermos y evitar muertes (en España a día de hoy sumamos 27.650, 87 fallecidos, según el Ministerio de Sanidad) y superar el miedo generalizado, un factor negativo para los negocios, las inversiones y el gasto de empresas y consumidores. Por más que se quiera reactivar la actividad en todos los sectores de la economía, si hay miedo, la mayoría de la gente seguirá agazapada, por más que se superen oficialmente las fases de desconfinamiento y por más que se levante el estado de alarma, y el dinero, así, no correrá. Para garantizar la seguridad dentro de lo posible habría que hacer pruebas de diagnóstico a todo el mundo, para identificar a contagiados asintomáticos y luego rastrear a todos sus contactos; los que presentan síntomas de sospecha ya acuden al sistema sanitario. La mayoría de la gente es consciente del riesgo para su salud y es responsable ante el riesgo de su familia, sus compañeros de trabajo y la sociedad, lo cual indica que ofrecer una prueba voluntaria a toda la población tendría una respuesta positiva masiva. ¿Hay capacidad para hacer tantos test? Haría falta una gran inversión en maquinaria, recursos humanos y pruebas pero, ¿qué mejor inversión, cuando se trata de salvar vidas, evitar ingresos y reactivar la economía? Esta inversión, no obstante, debe ser homogénea en todo el país, al margen del riesgo real en cada territorio; es decir, debe planificarlo y presupuestarlo el Gobierno central y gestionarlo las comunidades autónomas en colaboración con las administraciones locales, los centros sanitarios y sus profesionales (también las oficinas de farmacia) y las empresas. En estos momentos, con la etapa de desconfinamiento ya en marcha, el panorama no es halagüeño: el test no llega al 100% de sanitarios ni al 100% de residentes y trabajadores de centros de la tercera edad, así que difícilmente va a llegar pronto a toda la población. Las comunidades autónomas han notificado al Ministerio de Sanidad que, hasta el 14 de mayo, han llevado a cabo un total de 1.919.411 pruebas PCR. Según información de ayer, sábado 16, en la última semana las autonomías han aumentado su capacidad para efectuar este tipo de pruebas en un 18%, y la tasa de PCR ha crecido hasta situarse en 40,75 por cada 1.000 habitantes. También se han hecho un total de 1.118.429 test rápidos de anticuerpos, lo que supone una tasa de 23,75 por cada 1.000 habitantes y un incremento del 33% respecto a la semana anterior. En total, desde el inicio de la epidemia, se han efectuado hasta ahora 3.037.840 pruebas diagnósticas de Covid-19.
Pero hay otro problema: ¿son fiables esas pruebas (test de diagnóstico y de cribado y sus tres categorías: test ARN, test Inmunológicos y test rápidos)?
Los expertos ya han alertado de que probablemente con PCR se escapen casos positivos y de que, además, pueden darse falsos negativos si la prueba no se hace en el momento adecuado y no se usan tests complementarios. En ausencia de sintomatología, el cuándo se hace cada tipo de test parece ser muy relevante. La SEIMC ha puesto orden con un documento específico, en un momento en el que en España ya se comercializan más de 60 kits con marcado CE que permiten detectar anticuerpos (IgA, IgM o IgG).
Un artículo en The British Medical Journal concluye que si bien las pruebas con resultado positivo para Covid-19 son clínicamente útiles, los negativos deben interpretarse con precaución, y recuerda que el manual chino de prevención y tratamiento de Covid-19 establece que si la prueba de ácido nucleico es negativa al principio, las muestras deben continuar siendo recolectadas y analizadas en días posteriores. Además, tanto los falsos negativos como los falsos positivos, y su falsa tranquilidad, presentan riesgos potenciales.
Ante todo ello: ¿Pruebas, pruebas, pruebas? Ya lo dijo René Descartes (1596 - 1650, filósofo y matemático francés): "La duda sistemática como principio del conocimiento".
El uso masivo de test de Covid-19 es necesario para evitar contagios, salvar vidas y reactivar la economía, pero aún plantea varias dudas.