Durante el ciclo menstrual, cuando el óvulo no es fecundado y no hay embarazo, tiene lugar la menstruación, una fase biológica en la que se desprende el endometrio y se produce un sangrado vaginal. A raíz de esta etapa natural, se han comercializado productos de higiene femenina que, durante mucho tiempo, se limitaban a las compresas y los tampones (estos últimos supusieron una gran revolución en su día). Sin embargo, en los últimos años, ha entrado en escena un nuevo producto: la copa menstrual, que se ha convertido en una aliada imprescindible al adaptarse, casi por completo, a la ajetreada vida que muchas mujeres tienen día tras día.
Cómo es: características y tamaños
La copa menstrual tiene forma de cono con un pequeño tallo que acaba en punta y se compone de diferentes elementos y características. El cono invertido tiene una parte superior, que es la más ancha, y un pequeño borde que evita que el líquido se desborde. Dicho cono suele ser idéntico en todos sus lados, ya que la copa tiende a ser simétrica. No obstante, en algunas firmas el cono presenta asimetría y forma una espina dorsal que simplifica su inserción.
La base de la copa une el tallo y el cono, además de facilitar su retirada al impedir la adhesión de la copa a las paredes. El tallo conforma el extremo más estrecho y es útil para asegurar la posición de la copa y evitar que se mueva. Normalmente se deja una longitud relativamente corta, aunque en caso de que le parezca muy larga a la usuaria, se puede acortar teniendo en cuenta el tope mínimo recomendado por cada fabricante.
En general, todas cuentan con un pequeño estuche para guardarlas en un ambiente adecuado que garantice su durabilidad. Si bien, cabe señalar que algunas firmas incluyen un aplicador para facilitar su inserción. Además, existen copas menstruales plegables que hacen todavía más sencillo su almacenamiento cuando éstas no se utilizan. Su estructura muy similar a las anteriores, aunque el borde de la zona superior es más estrecho y presentan diminutos agujeros para eliminar el aire restante y permitir que se puedan plegar.
Respecto a los tamaños de las copas, éstos varían según el volumen que puede admitir el cono. La elección entre una más grande o una más pequeña, dependerá de si la mujer ha tenido algún hijo con parto natural o no (las madres que han dado a luz por cesárea se incluyen dentro del grupo de mujeres sin hijos al tener un suelo pélvico similar). Las mujeres que han sido madres o tienen un suelo pélvico menos ejercitado necesitarán las copas menstruales con mayor capacidad y ligeramente más grandes, mientras que las mujeres sin hijos podrán usar las de menor tamaño. En el caso de las mujeres con menarquia (primera menstruación), en ocasiones deberán utilizar una copa menstrual específica, con una capacidad menor, y que es más fácil de aplicar y de retirar.
La elección del tamaño suele regirse por las condiciones mencionadas, pero, en ocasiones, pueden darse casos especiales:
Modo de empleo
Las copas menstruales se pueden usar a partir de la primera menstruación (menarquia), independientemente de la edad. Aprender a utilizarlas requiere un tiempo de práctica, pero después termina siendo fácil y cómodo. Para su manipulación, hay que lavarse las manos concienzudamente con agua y jabón.
La parte por la que se debe introducir la copa es por la zona más gruesa, de manera que, para su colocación, ésta debe enrollarse sobre sí misma (algunas copas vienen con un aplicador que facilita esta acción). Existen varias formas de introducir la copa menstrual, dependerá del tipo que se haya elegido:
En cualquier caso, la usuaria deberá elegir la opción de plegamiento más efectivo y agradable para ella. En el momento de la introducción, es importante tener una postura cómoda y relajar los músculos vaginales. Una vez dentro, hay que asegurarse de que toda la copa está introducida y se ha desenrollado correctamente. Hay que tener en cuenta que, en comparación con los tampones, la copa está más situada en la apertura vaginal.
Para asegurar la efectividad de la copa menstrual es importante que se desenrolle y se abra completamente tras su inserción. Para ello, existen varios métodos para realizar este proceso como, por ejemplo, apretar la base de la copa sin que se desborde parte del líquido (no confundir con apretar el tallo de la copa). Otra opción es comprobar la rotación de la copa sobre sí misma (de izquierda a derecha) con cuidado, pasando el dedo por toda la base para comprobar que el cono tiene la forma adecuada o tirar ligeramente hacia abajo por el tallo y ver si se mueve (en caso afirmativo, el sellado no se ha llevado a cabo y debe colocarse de nuevo).
Tras las 8 horas recomendadas (12 horas máximo) cada 24 horas, se debe retirar la copa menstrual para vaciarla. Una vez se alcanza la base de la copa, apretar ligeramente para evitar su adhesión y, al mismo tiempo, relajar el cuerpo todo lo posible y presionar los músculos vaginales hacia abajo para facilitar la retirada (cuidado con la presión que se ejerce, ya que hacerlo en exceso podría desbordar el líquido). Después, retirar el líquido en el inodoro, lavar la copa y reinsertar de nuevo. No siempre se podrá lavar la copa, pero sí las manos, las cuales deben lavarse siempre tras la manipulación.
Mantenimiento
El mantenimiento y almacenaje de las copas menstruales son dos puntos clave a la hora de tratar correctamente el producto y garantizar su duración. Por ello, deben almacenarse en unos estuches específicos que sean antibacterianos, lo que evitará futuros problemas de salud.
Antes de empezar a usarla, se debe introducir la copa en un cazo con agua hirviendo de 5 a 8 minutos aproximadamente (existen más técnicas para la esterilización, pero solo se ha descrito ésta por ser la única medida unánime en las diferentes marcas). Una vez hecho esto, ya se podrá introducir.
La copa se puede lavar con agua y jabón neutro, así como con productos especiales específicos o con agua caliente y, siempre que se desee, hervirla. Quedan descartados aquellos productos que no sean específicos para el lavado (alcohol, aceite de árbol del té, productos con base oleosa o vinagre). Importante aclararla con abundante agua siempre que se haya usado algún producto químico antes de su introducción en el cuerpo para evitar irritaciones. En caso de que se utilice en lugares públicos o en situaciones que no permitan poder lavarla, con vaciar la copa será suficiente.
Cabe destacar que las copas menstruales cumplen la norma ISO 13485 que ofrece calidad al producto sanitario, además de estar fabricadas con silicona de grado médico, lo que permite su compatibilidad con el organismo. No obstante, ante cualquier defecto que se detecte (una parte puntiaguda que pueda provocar cortes, textura pegajosa o perforación, así como cualquier regularidad que pueda afectar a su eficacia o a la salud de la usuaria) se recomienda su retirada y posterior reciclado.
Cómoda y duradera
La copa menstrual ofrece una serie de ventajas de las que poder beneficiarse:
Dudas y recomendaciones
Las mujeres que tienen pautado un tratamiento con píldoras anticonceptivas orales, parche o implante hormonal pueden estar tranquilas, ya que la copa menstrual es totalmente compatible al no impedir la absorción del medicamento, pues la localización no es la misma. Tampoco hay problema con el dispositivo intrauterino (DIU), pues éste está ubicado en una zona superior con respecto a donde se encuentra la copa menstrual.
En lo que respecta al anillo vaginal, el uso de la copa menstrual dependerá de la posición en la que se encuentre el anillo, ya que en cada mujer se coloca en una posición. Los anillos efectúan su acción a través de la absorción de las hormonas por la mucosa vaginal, por lo que, si la copa menstrual se encuentra entre el anillo y la mucosa, ésta impediría la absorción y anularía su eficacia. Sin embargo, como la colocación del anillo no debería coincidir con la menstruación, no debería haber ninguna contraindicación.
Asimismo, se recomiendo no utilizar la copa menstrual a todas aquellas mujeres que han desarrollado en algún momento de su vida el síndrome del shock séptico. En caso de que la usuaria tenga algún problema ginecológico o médico, o ante cualquier duda respecto a los métodos anticonceptivos utilizados, siempre se recomienda consultar a un profesional sanitario.