FUENTE: ABC
La proteína BAM15, que actúa como un interruptor de energía, podría convertirse en un medicamento eficaz para tratar la obesidad y las enfermedades relacionadas.
Un estudio que se publica en «EMBO Journal» muestra que BAM15 difiere de los medicamentos existentes para controlar el peso, que funcionan en gran medida al reducir la cantidad de alimentos que una persona come o las calorías que absorbe su cuerpo. ¿Qué hace BAM15? Esta proteína hace que las mitocondrias, las plantas de energía de la célula, sean menos eficientes. El resultado es que las mitocondrias queman más energía.
Los investigadores del Centro de Investigación Biomédica Pennington de Baton Rouge (EE.UU.) creen que BAM15 podría usarse para tratar una serie enfermedades, como diabetes, enfermedad del hígado graso y algunas formas de cáncer.
La obesidad afecta a más de 650 millones de personas en todo el mundo y causa una serie de enfermedades, que incluyen diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y más de una docena de cánceres mortales.
«A pesar de estos datos, solo hay unos pocos medicamentos aprobados para el tratamiento de la obesidad, y las personas que toman estos medicamentos rara vez logran perder peso a largo plazo», señala John Kirwan, autor del estudio. «Detener la epidemia de obesidad requiere fármacos nuevos y más efectivos. Esta investigación representa un paso muy prometedor en el proceso de descubrimiento. Esperamos que, en un futuro no muy lejano, BAM15 o compuestos relacionados avancen al desarrollo clínico de medicamentos y se conviertan en una opción de tratamiento para pacientes con obesidad».
Hay beneficios de BAM15: se reducen los niveles de azúcar en sangre y de insulina, independientemente de la pérdida de peso; mejora de la sensibilidad del músculo esquelético a los efectos de la insulina
El trabajo muestra por primera vez que los ratones que reciben BAM15 son resistentes al aumento de peso al quemar más calorías que sus contrapartes no tratadas.
Pero, además, hay beneficios de BAM15: se reducen los niveles de azúcar en sangre y de insulina, independientemente de la pérdida de peso; mejora de la sensibilidad del músculo esquelético a los efectos de la insulina. [La resistencia a la insulina del músculo esquelético es un factor de riesgo primario para el desarrollo de diabetes tipo 2], y reducen la acumulación de grasa en general al restringir la acumulación de grasa en el hígado, los riñones y la sangre.