FUENTE: La Razón
La Covid-19 mata a más hombres que mujeres. Un 66% frente a un 34%, exactamente. La clave está en la testosterona, la hormona masculina por excelencia. En la actualidad, existen varios estudios en marcha donde se ha observado que más de 100 pacientes ingresados por coronavirus tenían un porcentaje alto de alopecia androgénica respecto al resto de la población; una hipótesis que ha sido desarrollada por el dermatólogo estadounidense Andy Goren en estudios in vitro. “La testosterona, el andrógeno, es más agresivo en el organismo que los estrógenos, y sabemos que ‘machaca’ más el sistema cardiovascular que el estrógeno en las mujeres”, señala Gonçal Lloverás, licenciado en Medicina y Cirugía por la UAB y Máster por la Universidad de Minnesota (USA), y colaborador de la firma Redenhair.
“Este hecho podría ser de gran ayuda a la detección en el futuro de los pacientes con más riesgo de enfermar por este virus, a partir de un estudio de diagnóstico de su cabello, ya que los pacientes con formas agudas de alopecia androgénica serían más propensos a padecer esta enfermedad de forma grave. No hay que olvidar que, aunque las mujeres tienen un nivel mucho más bajo de andrógenos, siguen teniéndolos, por eso pueden padecer también enfermedades que los incrementen”, añade.
Alopecia androgénica
La alopecia androgénica (AGA) o calvicie común es la pérdida prematura y anormal del pelo del cuero cabelludo y es uno de los problemas crónicos más comunes diagnosticado por los dermatólogos en todo el mundo. Afecta aproximadamente al 50% de todos los hombres y casi a tantas mujeres mayores de 50 años. Se caracteriza por la pérdida progresiva del pelo, con una disminución gradual del diámetro, la longitud y la pigmentación, especialmente en el cuero cabelludo. Tiene patrones distintivos en las mujeres en comparación con los hombres, pero en ambos sexos el cuero cabelludo central es el más afectado. Puede aparecer en cualquier momento tras la pubertad y su incidencia va aumentando con la edad. Este tipo de alopecia es la responsable de la mayoría de los casos de caída del cabello, con aproximadamente un 95%, y afecta a la autoestima y la calidad de vida del individuo.
Esta línea de investigación es la que se está siguiendo en la actualidad ya que podrían utilizarse algunos fármacos con acción antihormonas sexuales masculinas que son empleados en el tratamiento de la alopecia como forma de prevención de las formas más severas de la enfermedad del coronavirus. “Estaríamos antes infinitas posibilidades terapéuticas y de prevención de esta nueva pandemia” asegura Lloveras, por lo que es “un reto fascinante desde el punto de vista de la ciencia y una esperanza para todos nosotros”.
Tratamiento con células madre
Por otro lado, los resultados de un ensayo clínico publicado en la revista STEM CELLS Translational Medicine demuestran cómo una solución tópica compuesta de células madre derivadas del tejido adiposo (ADSC, por sus siglas en inglés) consigue la regeneración del cabello en personas con esta patología. La aportación principal de esta vía de tratamiento es que evitaría los efectos secundarios asociados a los tratamientos hormonales, como la pérdida de la libido y la disfunción eréctil.
“Nuestros hallazgos sugieren que la aplicación de ADSC tiene un enorme potencial como estrategia terapéutica alternativa para el recrecimiento del cabello en pacientes con alopecia androgénica, al aumentar tanto la densidad como el grosor del cabello, manteniendo la seguridad del tratamiento adecuado”, señala Young Jin Tak, autor principal del estudio. “El siguiente paso debería ser realizar estudios similares con poblaciones grandes y diversas para confirmar sus efectos beneficiosos en el crecimiento del cabello y dilucidar los mecanismos responsables de la acción del ADSC en los humanos", concluye.