Las mascarillas, las soluciones hidroalcohólicas y los guantes son los fieles escuderos que nos acompañan durante todo el día en la nueva normalidad. ¡No hay descanso para la piel! Todos estos elementos están en un constante contacto directo y solo cuando llegas a casa puedes desprenderte de ellos hasta salir de nuevo.
Debemos comprender que la piel no es solo una envoltura protectora del cuerpo, sino que es una barrera que separa el cuerpo del entorno. Como barrera cutánea, la piel confiere una protección física (radiaciones), química (radicales libres) y microbiológica (virus, bacterias…), así como regular la temperatura corporal favoreciendo la pérdida de agua y calor. Es importante mantener íntegros sus aproximadamente 2m2 – que se dividen en diferentes capas: epidermis, dermis e hipodermis, de la más externa a la más interna, respectivamente- para asegurar sus funciones. Para ello, se debe mantener hidratada.
Cómo afectan las medidas de protección a la piel
La deshidratación tiene varios orígenes. Los factores intrínsecos (edad, consumo de sustancias nocivas -tabaco y alcohol- o ciertas patologías como la eliminación anormal de agua) son aquellos que nos afectan individualmente según nuestras características o enfermedades, mientras que los extrínsecos (clima, agresiones directas de la piel) están relacionados con el entorno. En concreto, las medidas de protección afectan a los factores extrínsecos, aunque no perjudican de igual forma a todas las personas.
Rostro
Para que las mascarillas cumplan su función, deben ajustarse correctamente al rostro, lo que produce un roce continuo contra la piel. Esto se traduce en una piel afectada, especialmente donde se ejerce más presión: la parte trasera de las orejas, así como sobre la nariz y los pómulos. Sumado a esto, el ambiente que se crea en el interior de la mascarilla con humedad y calor acumulado favorece la formación de grasa y sudor.
Tras largas horas de exposición pueden surgir alteraciones en la piel o, en ocasiones, pueden empeorar su progresión, como:
Los labios son otra zona sensible a los cambios, por lo que, al utilizar una mascarilla, pueden volverse más secos y agrietados, al mismo tiempo que, en ciertas ocasiones, pueden producirse recurrencias de herpes.
Manos
La protección para las manos se centra en su lavado frecuente (agua y jabón o tras la aplicación de soluciones hidroalcohólicas) y, en ciertas ocasiones, seguido del uso de guantes nitrilo o látex.
En el caso del uso de soluciones hidroalcohólicas las manos pueden sufrir problemas dermatológicos por suefecto secante al contener al menos un 80% de alcohol etílico para un efecto virucida frente al coronavirus. En concreto, el uso de geles o soluciones hidroalcohólicas no se recomienda en exposiciones al sol prolongadas ya que, aunque es difícil que el alcohol en conjunto con las radiaciones solares provoque un proceso inflamatorio en la piel, algunos aditivos pueden ocasionar reacciones de fotosensibilidad. Sin embargo, es sabido que el uso de soluciones o geles hidroalcohólicos es necesario en múltiples ocasiones con la recomendación de que se utilicen aquellos productos que carezcan de perfumes y aromas, cuando se va a permanecer expuesto al sol.
Algunas personas son más propensas a empeorar sus problemas dermatológicos, por ello no se recomienda el uso de geles hidroalcohólicos en personas con:
Por otro lado, cuando se utilizan guantes la higiene de manos debe hacerse directamente sobre la piel ya que realizarla sobre el guante podría dejar residuos y reducir el tiempo útil de estos al perder la impermeabilidad, por lo que las manos quedan expuestas a los productos de higiene. Además, no se deben introducir cuando las manos están todavía húmedas ya que esto puede desencadenar una dermatitis de contacto irritativa.
Recomendaciones para el cuidado de la piel
Tal y como desmiente la Academia Americana de Dermatología, la hidratación durante la pandemia no favorece la penetración de los virus, sino todo lo contrario. Una piel deshidratada favorece la formación de grietas lo que sin duda afecta a la entrada de bacterias, virus y gérmenes. Por ello, es imperativo seguir las recomendaciones para el cuidado de la piel:
-Ingredientes oclusivos: crean una película sobre la superficie cutánea incrementando la retención de agua en la piel. Podemos encontrar vaselinas, ceras y siliconas, entre otros.
-Ingredientes humectantes: retienen el agua en la capa más externa de la piel. Aunque son hidratante, dependen de la humedad ambiental ya que esta debe ser superior al 70%. Algunos ejemplos son: glicerol, sorbitol, ácido hialurónico y urea.
-Ingredientes emolientes: aportan suavidad, oclusión y elasticidad.
-Existen también otros componentes que por sus características se utilizan como cosméticos hidratantes, como son: alfahidroxiácidos, vitaminas A, C, E y pantenol (no es estrictamente una vitamina, pero si una provitamina B5), polímeros biológicos (colágeno, elastina, glucosaminaglicanos…) y chitosán.
En resumen, la hidratación de la piel es fundamental para mantener su buen estado de salud y evitar enfermedades cutáneas y sistémicas. Para ello, conviene emplear activos cosméticos hidratantes que mantenga la correcta hidratación de la piel. Sin embargo, para conseguir una hidratación óptima, se recomienda el uso diario de los preparados hidratantes sin esperar a que la piel muestre síntomas de sequedad para hacer uso de ellos. El mejor tratamiento dependerá del tipo de piel y la edad del usuario. Por este motivo, se recomienda acudir la farmacia, donde el farmacéutico puede ayudarte en la elección del hidratante más adecuado para ti según las características de tu piel.