FUENTE: La Razón
-¿Qué consecuencias tiene para la piel nuestra «nueva normalidad»?
El uso preventivo de mascarillas ha ocasionado problemas generalizados de dermatitis en la piel y hongos en la boca como consecuencia de la humedad, así como eccemas por el incremento de la frecuencia del lavado de manos. Los casos por dermatitis seborreica que provoca rojeces y descamación también se han disparado por el estrés. Además, han aumentado los casos de acné derivados del estrés por la incertidumbre y el aislamiento.
-Después del confinamiento, ¿hay más riesgo de sufrir lesiones en la piel?
El estrés, la restricción de movimiento y no seguir una dieta adecuada ha alterado la piel, que ha alcanzado mayor nivel de sequedad. El confinamiento nos hace estar más desvalidos frente al sol este verano, ya que la piel no ha contado con el periodo de adaptación habitual a la radiación ultravioleta, por eso hay que protegerse todavía más, ya que es más vulnerable a lesiones. Además, como consecuencia de este confinamiento, el retraso en el diagnóstico reduce la supervivencia de pacientes que padecen un carcinoma o melanoma.
-¿Cuáles son las lesiones más dañinas?
Las relacionadas con el cáncer de piel, un tipo de tumor frecuente entre la población en el que el diagnóstico precoz resulta vital. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que en 2020 se pronosticarán unos 1.000 casos más de melanoma que en 2019. La causa es que un elevado número de pacientes no ha acudido a tiempo a consulta y ahora estamos observando que muchas manchas han incrementado de tamaño. Hay que prestar atención a la aparición de nuevas lesiones o al cambio de forma y tamaño de las existentes. Nuestro equipo usa la dermatoscopia digitalizada ( fotofinder), que no sólo revela el estado de los lunares, sino que además nos permite detectar a tiempo la existencia de nuevas lesiones. Nuestra unidad de dermatología es pionera en emplear la cirugía monográfica de Mohs para la extirpación del carcinoma basocelular, que es el tipo de cáncer de piel más común. Nos permite analizar de forma inmediata el alcance de la lesión, evitando la destrucción del tejido sano, lo que nos permite conseguir un alto porcentaje de curación.
-¿La aparición de pecas o nuevos lunares es sinónimo de lesión cutánea?
Las pecas son manchas con pigmentos de melanina de color marrón que suelen estar localizadas en las áreas de la piel más expuestas al sol, y muchas de ellas se minimizan e incluso desaparecen pasado el verano. Los lunares, en cambio, sí son lesiones que se forman como consecuencia de una alteración en las diferentes capas de la epidermis y que pueden cambiar de forma y de tamaño. Debemos examinar nuestros lunares y prestar todavía más atención si tenemos antecedentes familiares de melanoma, si nuestro fototipo de piel es blanco, si tenemos más de 50 lunares atípicos y si hemos sufrido quemaduras solares durante la infancia y juventud o hemos hecho uso continuado de lámparas UVA.
-¿Qué horario es el más saludable para tomar el sol en verano?
Hay que evitar la exposición solar en las horas de mayor radiación para prevenir quemaduras, porque la piel perdona, pero no olvida, y haber padecido quemaduras solares durante la infancia multiplica por tres el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta. Siempre hay que usar un fotoprotector adecuado para cada tipo de piel, renovarlo cada dos o tres horas, beber mucha agua y emplear gafas de sol homologadas y ropa adecuada, sobre todo este verano en el que nuestra piel se va a mostrar más vulnerable.
-¿Cómo afectan el cloro y la sal a la salud de nuestra piel?
El cloro es enemigo declarado de las pieles reactivas y atópicas, sobre todo si las mismas se exponen a baños prolongados, ya que acusan exceso de sequedad. Se trata de un agente que afecta la flora bacteriana de la piel y que puede ocasionar diversos tipos de dermatitis y alterar las pieles que padecen acné. Los baños en el mar, en cambio, son beneficiosos para mejorar determinadas patologías, como dermatitis atópica, eczemas o la psoriasis, ya que su combinación con la humedad ambiental y la exposición solar limitada ejerce una función antiinflamatoria. En los casos de acné por contra, la sal, a pesar de su carácter astrigente, puede ocasionar el efecto contrario y estimular la producción de grasa.
-¿La piel de los niños también es más vulnerable este verano por culpa del confinamiento?
La piel en general no ha alcanzado los niveles de melanina necesarios para protegerse del sol como consecuencia del confinamiento y la de los niños es de las más vulnerables, ya que es más fina, la síntesis de melanina está menos desarrollada y sus mecanismos de defensa son por tanto más débiles. Debemos extremar la precaución en las pieles de los más pequeños y hacer uso de un fotoprotector de alto espectro y a poder ser resistente al agua. Renovarlo constantemente y hacer uso de sombreros y ropa protectora.
-Aunque no tomemos el sol, ¿por qué es necesario protegerse?
La radiación UVA se mantiene durante todo el año y nunca hay que bajar la guardia, ya que todos los días en los que nos exponemos al sol cuentan, y está totalmente demostrado que el sol es un factor que influye considerablemente en el desarrollo del cáncer de piel. Resulta esencial llevar siempre consigo el fotoprotector sea cual sea la estación del año, pues la radiación UVA se mantiene en todas las estaciones y, al penetrar hasta la dermis, destru- ye el colágeno y la elastina día tras día provocando el fotoenvejecimiento.
-¿Es peligroso reutilizar la crema protectora del verano pasado?
La efectividad de los protectores solares se pierde una vez los abrimos. No sirve usar el protector del año anterior, ya que no protege la piel.
-¿Es recomendable acudir al dermatólogo al final del verano o principio de otoño para realizar una revisión de nuestra piel?
La piel es un indicador al que no siempre prestamos la atención necesaria, y la visita al dermatólogo es igual de obligatoria que al resto de especialistas que forman parte del chequeo que debemos realizarnos como mínimo una vez al año. Al finalizar el verano es recomendable acudir, ya que la radiación solar es menor, pero no inexistente, y por tanto es el momento adecuado para tratar las manchas con tratamientos despigmentantes y láser. Durante el otoño se retoma el tratamiento de la psoriasis, que es un trastorno autoinmune que provoca una inflamación cutánea crónica. En los meses más fríos se intensifican los brotes y resulta necesario llevar un control de la enfermedad. También se realizan tratamientos combinados con láser para el acné y la rosácea y es momento también de tratar problemas capilares. Ante la pérdida constante o estacionaria del cabello resulta necesario realizar un diagnóstico especializado para analizar el origen real de caída capilar. Nuestro equipo de dermatólogos especializados en regeneración capilar analiza y determina el tratamiento o el posible trasplante según las necesidades de cada paciente.