FUENTE: Levante
Comer en un restaurante, pasar el día en la playa, ir la peluquería, de compras a un centro comercial o quemar calorías en el gimnasio son actividades ligadas al día a día de miles de personas desde que se decretó el fin del confinamiento obligatorio. Desde entonces, y sobre todo durante la etapa estival, la vida social ha ido en aumento y, a su vez, los rebrotes de covid-19 registran una constante escalada en buena parte del territorio nacional. Ahora bien, no todas las prácticas conllevan el mismo riesgo y las posibilidades de contraer el virus varían en función de lo que hacemos, cómo lo hacemos y, por supuesto, cómo nos protegemos. Para abordar esta cuestión, la Asociación Médica de Texas (Texas Medical Association) ha publicado una escala de riesgos de contagios evaluando del uno al nueve (de menor a mayor) las probabilidades de que el escurridizo coronavirus se cuele en nuestro organismo.
Abrir y cerrar el buzón de nuestro domicilio para recoger la correspondencia es la actividad calificada con el mínimo nivel de riesgo, el número uno. Claro que ello no significa que no debamos adoptar ciertas precauciones para evitar posibles contagios. En el caso de los edificios, los buzones están normalmente ubicados en espacios comunes y en su interior se depositan folletos o cartas que han sido manipuladas por otras personas. Es de sentido común que se debe evitar tocar la superficie y, en cualquier caso, lavarnos de forma adecuada las manos tras la operación.
Un escalón por encima se encuentran las actividades que presentan un riesgo bajo-moderado. En el número tres se incluye la tarea de acudir a hacer la compra, salir a caminar, correr o pasear en bicicleta con otros y jugar al golf. En el número cuatro se engloban prácticas como hospedarse en un hotel un par de noches, esperar en la consulta de un centro sanitario, acudir a una biblioteca o un museo, comer en la terraza de un restaurante, caminar por un área muy transitada o pasar una hora en un sitio de recreo, según señalan desde la citada asociación médica norteamericana.
Las posibilidades de contraer el coronavirus aumentan, según los especialistas, cuando se realizan prácticas en espacios más transitados y aquellas que se desarrollan en compañía de otras personas en superficies cerradas. Son las englobadas en el número cinco sobre nueve, tipificadas con un riesgo moderado y entre las que se encuentran: salir a cenar a casa de alguien, asistir a una barbacoa, ir a la playa o acudir a un centro comercial.
El informe realizado por los médicos de la Unidad Especial del covid-19 y el Comité sobre Enfermedades Infecciosas de la TMA señala que la exposición al peligro crece, y llega al número seis de la escala, con acciones como enviar a los niños a la escuela, campamento o guardería, trabajar una semana en un edificio de oficinas, nadar en una piscina pública o visitar a un familiar o amigo en su casa.
En el número siete, y ya considerado con un riesgo moderado-alto por los expertos, se catalogan prácticas como acudir a un salón de belleza o peluquería, comer en el interior de un restaurante, asistir a una boda o un funeral, viajar en avión, jugar en equipo a deportes como el fútbol o el baloncesto y abrazar o saludar con la mano, una práctica que las autoridades sanitarias recomiendan evitar a toda costa desde que fue decretada la pandemia, al ser considerada un importante mecanismo de transmisión del coronavirus.
Comer en un bufé, hacer deporte en un gimnasio, ir a un parque de atracciones o acudir al cine para ver una película son actividades que se posicionan el puesto número ocho sobre nueve y, por tanto, se estima que presentan un riesgo alto de contagios de covid-19.
Las más peligrosas, según esta escala elaborada por miembros de la Asociación Médica de Texas, son las prácticas que incluyen acudir a conciertos con mucha concurrencia de público, a un estadio deportivo, a un servicio religioso que congregue a 500 o más feligreses y, por supuesto, acudir a bares, se sobrentiende que de copas. De hecho, son establecimientos que desde esta semana y durante un periodo de 21 días han sido clausurados para evitar que se conviertan en focos de contagio, entre ellos las discotecas, salas de baile, bares de copas y karaokes. Sólo las cafeterías y establecimientos hosteleros podrán abrir sus puertas con la restricción de no recibir clientes a partir de medianoche y, en todo caso, bajar la persiana a la una como máximo.
En cualquier caso, lo más acertado para frenar la cadena de contagios y protegerse a uno mismo y a su entorno es seguir siempre las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que incluyen el uso de mascarilla obligatoria, respetar la distancia de seguridad interpersonal, el lavado frecuente de manos y la utilización de geles desinfectantes y, en estos momentos, limitar las reuniones a un máximo de 10 personas. En el caso de los encuentros de familiares y de amigos en espacios privados se recomienda que no superen las diez personas y restringirlos en la medida de lo posible a grupos de convivencia estables. De igual forma, se ha prohibido fumar en la vía pública, terrazas, playas u otros espacios públicos si no se puede mantener una distancia de seguridad de dos metros.