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Cuando se empiezan a perder más de 100 cabellos al día y, además, el pelo se encuentra más débil y con una menor densidad puede que estemos ante una alopecia. Como indica la Clínica Universidad de Navarra (CUN)"la forma más frecuente es la alopecia androgénica [...] que es responsable del 95% de los casos". Pero ¿qué ha pasado con las alopecias durante el confinamiento?
La situación se ha agravado, pues el confinamiento no solo ha causado problemas de ansiedad que se han reflejado en la piel, sino también en la pérdida del cabello. Además, el hecho de que quedarnos encerrados en casa haya coincidido con la primavera no ha ayudado. Es la época en la que se produce mayor pérdida de cabello, según el Instituto de Dermatología Integral (IDEI).
El estrés por las noticias a las que todos hemos estado expuestos durante el confinamiento, la incertidumbre de no saber qué pasará, los ERTES, el desempleo, la falta de esperanza y, sobre todo, los cambios en la rutina han sido los principales agravantes del estrés. Un trastorno que sufren cada vez más personas y que se ha potenciado debido a la situación por la covid-19.
Esto es así debido a que tanto el estrés como la ansiedad son factores de riesgo en la pérdida de cabello. De hecho, las alopecias provocan que mechones de pelo se caigan con frecuencia favoreciendo la aparición de huecos sin cabello en determinadas partes de la cabeza como la nuca o la coronilla. Esto incrementa la ansiedad y el estrés, y también puede afectar a la autoestima.
Aunque el estrés ha sido un factor importante en las alopecias, también lo ha sido la interrupción de tratamientos que se habían iniciado antes del confinamiento. El miedo a acudir al especialista o no hacerlo porque no se consideraba una urgencia en ese momento ha hecho que las personas con alopecias que habían iniciado un tratamiento hayan seguido perdiendo cabello.
En el momento en el que se pierden más de 100 cabellos y el pelo pierde densidad se puede considerar un principio de alopecia o una señal de alarma que debe advertir de la necesidad de iniciar un tratamiento para frenar la caída. Un tratamiento que no debe sufrir interrupciones si queremos que tenga éxito.
IDEI ha descubierto que haber sufrido el coronavirus también ha podido afectar, de alguna manera, a las alopecias. La razón está en las "infecciones serias, prolongadas y con ingresos en UCI" que potencian la caída del cabello en forma de efluvio telógeno o agravamiento de alopecias androgenéticas.
Si bien la recuperación del pelo que se ha perdido puede ser más lenta, pues el crecimiento de los nuevos cabellos se ralentiza debido a todas las situaciones expuestas, es posible frenar la caída e iniciar un tratamiento adecuado para cada persona que acelere el proceso de recuperación de la densidad capilar. Eso sí, no va a ser un cambio que se producirá de un día para otro.
Aprender a controlar el estrés y seguir los tratamientos para las alopecias de manera constante e ininterrumpida es fundamental para combatirlas. Ahora que todavía el coronavirus sigue entre nosotros y que la mascarilla se ha convertido en un accesorio indispensable para salir a la calle es importante que sigamos cuidando de nuestra salud capilar.